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La autora de "Escorts. Una semana en Paris" a corazón abierto

Eva María Maisanava: "Me ha costado mucho salir del armario para decir que escribo"

lunes 10 de noviembre de 2014, 08:00h
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvar la vida de tu padre?¿Qué harías si necesitases dinero y pudieras conseguirlo vendiendo cuerpo y tal vez alma?¿Hay que ponerle puertas al sexo? Son algunas de las preguntas que planean sobre "Escorts. Una semana en Paris", la primera novela de Eva María Maisanava. El próximo sábado se presenta en la librería-Café Ícaro de La Granja (Segovia).
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Tímida. Mucho. Así es Eva María Maisanava en las distancias cortas. Igual que en las largas. Desde pequeña ha luchado sin éxito para evitar sonrojarse a la primera de cambio. Eso le hacía alejarse de sus compañeros de clase en el colegio Unamuno y entablar amistad con alumnos mayores que ella. El colegio situado al final de la calle Doctor Cornago es hoy una bonita urbanización pero lo recuerda a la perfección y de repente se pone a hablar del aprendiz de poeta. Tras los cristales le brillan sus ojos azules y su voz se vuelve todavía más dulce. Y ya es decir. Quizás es una deformación de sus años de teleoperadora. Ahora que ha colgado los cascos los echa de menos. Eva María asegura que con Manuel Barranco tiene mucho en común pero sobre todo el amor por la escritura. "A mí me ha costado mucho salir del armario para decir que escribo porque la gente enseguida te etiqueta; te ven como un bicho raro y no se explica por qué escribes si no ganas nada; pero la recompensa que obtengo no se paga con dinero y se llama felicidad".

Eva María Maisanava se ha empeñado en ser feliz. Por eso no ha dejado de escribir desde que aprendió a hacerlo. Hubo un tiempo de infancia hermética y reservada en el que encuadernaba sus primeros relatos con portadas de color naranja. Un momento en el que lo único que le gustaban eran las matemáticas ¡Qué cosas! y enseguida tuvo claro que no quería dedicar su juventud a los estudios. Concretamente en 1º de BUP. Por entonces ya devoraba libros y acababa de presentarse a un concurso de relatos con la droga como telón de fondo. Sabía que no iba a seguir estudiando.

- Con esa afición por la literatura ¿No te planteaste estudiar una carrera de letras?

No me atraía la idea de estudiar. Sólo lo hacía cuando quería y cuando no era especialista en suspender. Lo que pasa es que tenía cierta facilidad y a final de curso aprobaba todo. Desde pequeña he sido muy ambiciosa -sanamente- y siempre quise trabajar. Aunque seguí formándome con diferentes cursos abandoné la enseñanza reglada. Antes de cumplir los dieciocho años ya estaba trabajando y la verdad es que he estado poco tiempo en paro. Como soy una persona polivalente -también escribo de una forma polivalente- he ocupado puestos de secretaria, administrativo, reponedora... he sido hasta empresaria. Hace años tuve mi propia tienda en Pozuelo, El rincón de Eva, dedicada a los bordados y a la ropita infantil. De aquella experiencia aprendí mucho y creo que es bueno estar en los dos lados; en el del empresario y en el del trabajador. Yo creo que, a día de hoy y habiendo hecho de todo, es mucho más importante tener un buen curriculum que una carrera. Ahora muchísima gente con carrera tiene auténticas dificultades para encontrar un trabajo y a mí nunca me ha faltado. Desde que empecé en una pequeña asesoría ya desaparecida hasta mi empleo actual en el departamento de recobros de Obsidiana Bankinter pasando por mis años en un call center donde incluso impartí formación.

Del erotismo y otro relato

Y surge la conversación de los malos tiempos para el empleo. Sin dudarlo Eva María me dice que en el mundo laboral no existen los sentimientos ni la humanidad y que ella ha sido testigo de despidos "de mala manera" horas antes de Navidad tras décadas de trabajo. Vuelve a recordar. Ahora los maravillosos años que pasó con los cascos puestos. Reconoce que los echa de menos. Entonces yo imagino que hablar sin ser vista -aún teniendo que escuchar de todo- le ha ayudado a vencer su timidez. Esa que brota como cuando confiesa que el género que más le gusta es el erótico y yo le digo que en algunos capítulos de "Escorts. Una semana en Paris" sube y de qué manera la temperatura. Era lo que pretendía -en parte- cuando decidió agrupar en una novela publicada por SELEER los artículos que publicaba por entregas en "La Revista de Todos", el blog que creo para difundir la obra de muchos escritores anónimos y entrevistar a consagrados como Carmen Posadas, Mercedes Salisachs, Juan Luis Cano, Antonio Gómez Rufo.

- ¿Cómo surge "Escorts. Una semana en Paris"?

El principio... cuando me quedé sin trabajo y monté "La Revista de Todos". Comencé a escribir artículos de mi género preferido, el erotismo y ocurrió que algunos de mis antiguos compañeros de trabajo los leyeron y comenzaron a mofarse de mí haciéndome llegar comentarios que me hicieron mucho daño. Pensaron que aquellos relatos eran autobiográficos y se despacharon a gusto. Lloré muchísimo y a punto estuve de tirar la toalla. Es duro que te insulten solamente por escribir lo que posiblemente ellos hacían en su vida privada. Un amigo me ayudó a ver las cosas de otra manera... me dijo: si se creen lo que escribes mucho mejor porque no es tan fácil que las personas se lo crean. Después, con el tiempo, y más relajada, haciendo caso también a los seguidores del blog que me animaban a trasladar aquellas entregas a un libro. En septiembre del año pasado publiqué el último capítulo y pensé que la historia merecía la pena. En diciembre se puso a la venta "Escorts. Una semana en Paris".

La primera novela de Eva María Maisanava tiene momentos erótico-festivos pero no es una novela erótica. En la historia protagonizada por Giselle aparecen tan universales como el amor, la maternidad, la vida o la muerte. Engancha desde el primer capítulo como enganchaban sus artículos en "La Revista de Todos" dejando a los lectores un mes con la miel en los labios. Es un libro que nace por necesidad. La que su autora tiene de escribir y de derribar muros. "Estoy harta de la tendencia que algunos tienen a etiquetar a las personas sin conocer sus circunstancias ¿Es prostituta una mujer a la que obligan a prostituirse?¿Qué no haríamos por un padre o una madre enfermos?".

- Entonces tu primera novela es un poco una lección de vida...

Yo creo que cuando a una persona se la lleva al extremo es capaz de actuar al contrario de sus principios. Giselle es un buen ejemplo. En nuestro país y en otros hay muchas chicas de compañía que podríamos llamar de alto standing que pagan así sus estudios, sus facturas o un tratamiento médico. Son escorts y pasan desapercibidas porque llevan una doble vida. La protagonista de mi primera novela es una de ellas. Una todavía joven pero en decadencia a la que el cáncer le lleva a tomar una decisión que cambiará su vida para siempre. Lo que tengo claro es que su lectura no deja indiferente.

El cáncer es lo único que tiene en común "Escorts. Una semana en Paris" con "Asomada a la ventana todavía te espero", lo próximo de Eva María Maisanava. Ella cree que es el germen de una gran historia. Y yo que he leído el relato lo confirmo. La está dando forma en sus ratos libres robándole minutos a la hora de la comida porque madruga para cruzar Madrid y llegar a su trabajo y vuelve a Pozuelo al nacer la noche. La falta de tiempo hizo que se despidiera de los lectores de "La Revista de Todos" y que anunciara su cierre como un hasta luego. Pero la realidad es que necesita más horas porque la meta es publicar la segunda novela y tal vez la segunda parte de "Escorts. Una semana en Paris". Desde luego el final no puede ser más abierto.

Para abiertos sus ojos cuando poco antes de apagar la grabadora Eva María dice que a escribir se aprende leyendo y que leer es "ser libre, volar, vivir otras vidas". También que cuando escribe busca arañar el alma y hacer recapacitar a las personas. Y al final se escucha que digan lo que digan y pese a quien pese nunca va a dejar de escribir. "La literatura y yo somos como dos amantes, vamos y venimos pero siempre nos vamos a querer, aunque sea a escondidas".
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