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Los desahucios por impago del alquiler se ralentizan pero el sector demanda más seguridad

jueves 19 de diciembre de 2019, 13:15h
Los desahucios por impago del alquiler se ralentizan pero el sector demanda más seguridad
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Según los últimos datos publicados, en el primer semestre del año 2019, que estamos a punto de despedir, el balance de desahucios por impago del alquiler en el conjunto de nuestro país experimentó una moderación, que ha sido bienvenida por el sector.

Así en función de la información del Consejo General del Poder Judicial, el número de actuaciones practicadas por los juzgados se redujo un 0,9% en relación con el mismo periodo del año anterior.

Con todo, las cifras siguen siendo preocupantes por cuanto continúan produciéndose más de 100 desahucios diarios por no pagar el alquiler (entre 10.000 y 11.000 cada trimestre), casi más del doble que por el impago de las hipotecas.

El Real Decreto-ley de medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler, que introdujo varias modificaciones en la Ley de Arrendamientos Urbanos, tales como la duración de los contratos de arrendamiento o las garantías adicionales a la fianza, no parece estar contribuyendo a mejorar esta coyuntura, que se complica al "enfriarse" la oferta de pisos en alquiler.

Además, algunos escenarios futuros que se dibujan tampoco resultan esperanzadores para el sector. Por ejemplo, crece el temor ante el efecto pernicioso que podría tener en la actividad una posible regulación de los precios de los alquileres.

Según los expertos, esta iniciativa podría, además de aumentar la inseguridad jurídica, frenar la inversión en vivienda para alquiler y desanimar a los propietarios para estimular la oferta por cuanto verían mermadas sus opciones de obtener rentabilidad en sus activos.

Amenaza por la coyuntura económica

El sector, por tanto, padece una situación de incertidumbre, que tampoco se ve favorecida por las circunstancias políticas y la amenaza de un bajo o nulo crecimiento de la economía.

En este contexto, cabe recordar que la mayor incidencia de impagos en el mercado del alquiler va ligada a los períodos de recesión, en los que hay mayor dificultad para afrontar las obligaciones contraídas por los arrendatarios.

La crisis económica influye más en el aumento de los impagos de alquiler que el hecho de que los precios de alquiler sean altos, como están en el momento actual. De hecho, los desahucios por impago de alquiler aumentan a escala nacional, y sin embargo, en las zonas donde los precios están más tensionados, como en Madrid o Barcelona, la tendencia es la opuesta, pues han disminuido en el primer trimestre de este año, con respecto al primer trimestre de 2018, según los datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial.

Este panorama pone en valor las consideraciones de los especialistas del sector, que fijan criterios de interés para los arrendadores e inquilinos. En este sentido, Silvia Hernández Gamo, directora general de Renta Garantizada, una de las firmas de referencia en el mercado inmobiliario, subraya que para consolidar la tendencia a la baja de los impagos por alquiler hay que tener en cuenta que "en general, una mayor oferta de viviendas en alquiler beneficia la moderación en los precios, con medidas como, por ejemplo, una mayor oferta de vivienda social. De igual modo, con los incentivos tanto a inquilinos como propietarios, manteniendo y estableciendo subvenciones o desgravaciones a los jóvenes que alquilen una vivienda, que son un grupo que en muchos casos adolece de estabilidad laboral y por tanto económica".

En cuanto a los propietarios, señala que "la seguridad tanto jurídica, con el mantenimiento de medidas como la que se contempla en la actualidad de la posibilidad de poder recuperar la vivienda cedida en alquiler si la necesitan para destinarla a su propia vivienda habitual, y otras medidas como la efectividad y mayor rapidez en el desarrollo de la vía judicial, repercutirían en la voluntad de los arrendadores de poner sus viviendas con mayor seguridad en el mercado de alquiler, lo cual aumentaría la oferta. Y, sin olvidar, el mantenimiento de las desgravaciones fiscales por alquiler de vivienda, como vivienda habitual".

Recomendaciones

Así las cosas, Silvia Hernández ofrece algunas recomendaciones para el nuevo año, beneficiosas para el mercado, tanto para arrendadores como inquilinos:

- En cuanto al contexto general, si bien los plazos largos de los contratos de arrendamiento, especialmente el de 7 años cuando los arrendadores son empresa, no incentivan a muchos propietarios a poner su vivienda en alquiler, hay que incidir muy especialmente en evitar la lentitud de la vía judicial para la resolución de los procedimientos de desahucio en caso de impagos y en los casos de ocupación de las viviendas, ya que es lo más preocupa a los propietarios de viviendas y puede condicionarles a la hora de tomar la decisión de alquilar su inmueble.

- Desde el punto de vista de los arrendadores, deben comprobar rigurosamente la solvencia de los arrendatarios. Y también que contraten una garantía frente al impago, asegurando el cobro del alquiler, ya que, en caso de impago, no solo cubre el alquiler sino también los gastos y el desarrollo de la vía judicial.

- En interés, tanto de propietarios como inquilinos, recomendamos que busquen un asesoramiento profesional, lo que ofrece mayores garantías para ambos colectivos, con beneficios como la contratación de la vivienda idónea y también del candidato adecuado, la estabilidad, la solución de las múltiples gestiones que conllevan este tipo de operaciones, y, en concreto para los arrendadores, la seguridad en el cobro del alquiler, a lo que sin duda otorgan una importancia mayor que obtener una renta más alta.

- Y, pensando en el nuevo año, los desajustes entre los intereses de arrendadores y arrendatarios, que sin duda han de ir de la mano para poder aumentar la oferta de viviendas y dotar de estabilidad al mercado, es lo que condiciona la contención de los precios. El equilibrio entre ambos intereses contribuye a estabilizar precios, aumentar la demanda, otorgar mayor facilidad para los inquilinos de afrontar el alquiler y lograr una estabilidad con plazos medios y largos, con el fin de que sea una opción ventajosa para ambas partes.

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