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Si nuestros hijos están entre los 6 y los 12 años, ¿cómo debemos tratar con ellos la nueva normalidad?

miércoles 17 de junio de 2020, 12:32h
Si nuestros hijos están entre los 6 y los 12 años, ¿cómo debemos tratar con ellos la nueva normalidad?
¿Cómo podemos explicarles la nueva realidad a nuestros hijos para que sean capaces de darle sentido? ¿Cómo podemos ayudarles a canalizar todos sus sentimientos negativos? ¿Y ayudarles a exprimir los positivos? Del mismo modo, ¿cómo podemos hacer que sigan sus rutinas y se interesen por los nuevos métodos de aprendizaje?

La respuesta a todos estos interrogantes depende por supuesto de muchos factores. Sin embargo, la edad en la que se encuentran es clave para tratar de un modo u otro la situación. Es decir, la forma en el que afrontemos la comunicación y les ayudemos a gestionar sus emociones, incorporar paulatinamente las nuevas rutinas, supervisar y apoyar su proceso de aprendizaje en cada periodo de tiempo, variará en función de su edad. Por eso, ¿sabes cómo es aconsejable actuar si tus hijos están entre los 6 y los 12 años?

En esta etapa los niños ya son bastante autónomos, pero también necesitan profundizar en las explicaciones. Surge el sentido de lo injusto y ciertas conductas oposicionistas, por lo que es preciso trabajar con ellos las rutinas diarias, dando tiempo al entretenimiento, a las tareas de aprendizaje y a los momentos en familia. Es importante:

  • Conocer qué información saben y, a partir de ahí, explicarles y darles la información que ellos requieran. Actualizar la información que vamos teniendo y compartirla con ellos.
  • Responder a sus dudas e inquietudes con sinceridad y con optimismo.
  • Establecer un sistema claro de límites y normas, en el que ellos participen. Anticipar las consecuencias a cada una de esas normas.
  • Hacerles partícipes de algunas decisiones familiares. Planificar con ellos las salidas y las nuevas rutinas que vamos incorporando en nuestro día a día, para que sientan que se les tiene en cuenta.
  • Hablar sobre el futuro más inmediato, sobre sus expectativas a corto y medio plazo y los cambios que podemos esperar. Debemos trabajar con ellos la anticipación de distintos escenarios. ¿Qué puede pasar si…?
  • Hablar con ellos de sus miedos y sus preocupaciones, escucharles y reconocer la importancia que para ellos tiene.
  • Trabajar actividades de relajación, respiración… En esta etapa ya podemos trabajar técnicas de relajación guiada y los diferentes tipos de respiración.
  • Analizar con ellos qué aspectos positivos hemos sacado de esta situación. Qué cosas creen que han cambiado a mejor, y qué aspectos necesitamos seguir trabajando.

Para poder hacer frente a las emociones negativas y reforzar aquellas positivas, debemos crear nuevas oportunidades: nuevos hobbies, proyectos a largo plazo… Es necesario hablar con ellos, y clarificarles qué conductas son las esperadas, y cuáles no van a ser toleradas. Debemos mantener diálogos frecuentes con ellos y preguntarles cómo suelen reaccionar ante situaciones conflictivas que se les presentan en el día a día, y enseñarles otras opciones que pueden utilizar que sean más adaptadas.

Si hemos identificado aquellas situaciones por las que suele desarrollar los comportamientos agresivos, se puede emplear una tabla de progresos estableciendo dos o tres objetivos a trabajar, y acordando con el niño las recompensas ante el cumplimiento de los mismos. Siempre intentando que sean de tipo social, evitando las materiales. Es decir, jugar a un juego, ver una película en familia, o elegir un postre pueden ser alternativas de recompensa.

En último lugar, en esta etapa, aunque siguen necesitando nuestro apoyo para organizarse y resolver algunas dudas, empiezan a ser más autónomos. Los padres podemos orientarles en la búsqueda de información y ayudarles en las dudas que se vayan generando. Es importante supervisar la realización de tareas y comprobar que hayan entendido las instrucciones y explicaciones dadas, dando pie a que empiecen a ser ellos los protagonistas de su aprendizaje.

Ana Ciruelos y Natalia Guijarro

Psicólogas de TEMS, The English Montessori School

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