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La vuelta al cole con buen pie

martes 17 de septiembre de 2019, 14:00h
La vuelta al cole con buen pie
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Los profesionales del Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA) han elaborado una lista con indicaciones básicas para cuidar la salud de los pies de los niños en su vuelta a la rutina.

Tras un intenso verano, la vuelta al cole y la despedida del calor implican la necesidad de cambiar el calzado, pero no solo con el objetivo de cubrirnos del frío, sino con la intención de proteger los pies para realizar las intensas actividades del día a día.

En el caso de los niños, es necesario asegurar que sus zapatos están favoreciendo su correcto desarrollo y permitiendo la libertad de sus movimientos. Esta tarea no es tan fácil, porque el hecho de que su pie aumente una media de 8 milímetros cada tres meses implica que, temporada nueva es sinónimo de zapatos nuevos.

Por ello, desde COPOMA se ha elaborado una serie de recomendaciones básicas, tanto de aquello que debemos evitar, como de aquello que debemos tener en cuenta.

Es importante evitar:

-Heredar zapatos. La pisada de cada persona es diferente y usar un calzado ya utilizado por alguien puede alterar su forma de caminar, provocar inestabilidades, etc. Por eso, nunca es buena idea aceptar zapatos de hermanos mayores, primos o hijos de amigos.

- Comprar calzado más grande para que dure más tiempo, pues puede hacer que sus músculos se fuercen en exceso, lo que también puede acabar afectando a su forma de caminar. Los zapatos deben acomodarse siempre al tamaño real del pie del niño, es decir, siempre ser de la talla adecuada.

Es importante:

  • El calzado debe ser de materiales naturales, para que el pie pueda traspirar correctamente. Al igual que los calcetines, que tienen que ser de algodón.
  • La suela debe ser suficientemente gruesa y, en el caso de los niños, siempre plana. Además, tiene que ser flexible y antideslizante.
  • Contar con una buena sujeción: cordones o velcro para un buen agarre. Debemos intentar que el calzado proteja la parte de los maléolos, es decir, los huesos laterales del tobillo. Pero siendo siempre flexible, no solo en los tobillos, también en la zona de los dedos.

En definitiva, teniendo en cuenta el desgaste de los zapatos y el crecimiento del pie, siempre es positivo calzar a los niños con nuevos zapatos en cada vuelta al cole. No obstante, para realizar esta tarea correctamente, es de esencial importancia, por un lado, que sea de la talla adecuada y, por otro, fijarse en las características del propio zapato y no solo en el precio.

En último lugar, otra de las cuestiones más importantes a tener en cuenta es que es necesario llevar a los niños al profesional de la Podología una vez al año a partir de los 4 o 5 años, cuando su patrón de marcha ya está establecido, para que pueda hacer un diagnóstico personalizado.

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