Los usuarios, cuando se embarcan en una reforma de este tipo, buscan un baño más amplio, funcional, más fácil de limpiar, más sostenible y, además, con un diseño innovador y atractivo. Por ello, cada vez es más creciente la apuesta por inodoros suspendidos, combinados con soluciones empotradas que eliminan la cisterna vista. Una inclinación que no solo se percibe en el ámbito doméstico, sino que se acentúa también en el sector Contract de uso colectivo y baños públicos.
Y es que las cisternas empotradas permiten ganar espacio en la estancia al mismo tiempo que, con la última tecnología de descarga, aseguran un consumo sostenible al ahorrar un mínimo de 1,5 litros de agua en cada uso. Por su parte, las soluciones suspendidas, al elevarse del suelo, proporcionan una imagen más despejada de la estancia y facilitan la limpieza del pavimento y la pared, respondiendo al grado de higiene y confort que reclama el usuario.
Igualmente, en línea con las tendencias que ya se siguen en gran parte de los países de Europa, en España también comienza a vislumbrarse la apuesta por los ‘smart toilets’ o inodoros bidé, soluciones suspendidas “2 en 1” que ocupan menos espacio e incluso permiten al usuario personalizar sus opciones de higiene íntima tan solo con agua a través del Smartphone.
Pero, además del cambio del inodoro, el cambio de las griferías es otra de las actuaciones más repetidas cuando se realizan cambios o reformas en el baño. De hecho, se sustituyen en un 51% de las ocasiones, según el Barómetro del baño. En este caso, las nuevas tendencias pasan por grifos inteligentes que se activan al detectar la presencia del usuario y permiten controlar el consumo de agua. Elementos muy versátiles que se montan sobre encimera o mural, consiguiendo liberar espacio en el lavabo sin perder la elegancia en el diseño.
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