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Casi la mitad de los jóvenes españoles abre su primer perfil en redes sociales antes de cumplir 14 años

viernes 15 de noviembre de 2019, 10:24h
Casi la mitad de los jóvenes españoles abre su primer perfil en redes sociales antes de cumplir 14 años
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El “I Observatorio de la Generación Z a través del smartphone” elaborado por WIKO desvela que 1 de cada 5 jóvenes empezó a usar redes sociales con 12 años pese a las restricciones de edad.

La presencia de la tecnología es constante en nuestro día a día, tanto en el trabajo como en nuestros momentos de ocio. De hecho, en la vida de los más pequeños el mundo digital tiene una presencia cada vez más importante, hasta el punto de que el 47,83% de los jóvenes españoles reconoce haber abierto su primer perfil en redes sociales antes de cumplir 14 años, saltándose, en ocasiones, las restricciones de edad que establece la legislación española y la propia normativa de algunas de estas redes, según los datos del “I Observatorio de la Generación Z a través del smartphone”.

Esta es una de las conclusiones que se extraen de la encuesta realizada por el fabricante de smartphones WIKO a más de 1000 españoles de 18 a 24 años para analizar sus hábitos y comportamientos en relación a sus dispositivos, incluso cuando estos eran menores. Con motivo del Día Universal del Niño, que se celebra el 20 de noviembre, la compañía recoge algunas de las principales conclusiones de este informe con el fin de ayudar a los padres y niños a relacionarse con la tecnología de una manera responsable.

Así, el estudio refleja que 1 de cada 5 centennials abrió su primer perfil social con tan solo 12 años. Un hecho llamativo, ya que la normativa de algunas redes sociales como Instagram o Facebook establece los 14 años como edad mínima para registrarse en sus comunidades -la propia legislación española establece el límite para poder abrirse un perfil social sin consentimiento de los padres en los 14 años de edad-, mientras que los niños de 13 años pueden abrir una cuenta en Twitter con consentimiento paterno y en YouTube incluso sin él.

Los siguientes consejos recopilados por WIKO pueden ayudar a las familias a inculcar buenos hábitos y a elegir dispositivos adecuados a las necesidades y características de los más pequeños.

Autonomía digital progresiva

Los niños deben saber cómo funciona su móvil y qué se puede hacer con él. La necesidad de poder localizar a los hijos en todo momento es uno de los motivos que empuja a los padres a la hora de comprarles un teléfono. Sin embargo, el uso que los menores hacen de sus dispositivos va más allá de hacer o recibir llamadas. Según datos del “I Observatorio de la Generación Z a través del smartphone”, el 88,14% de los jóvenes de 18 años encuestados utilizaron su móvil por ocio, para chatear por WhatsApp o jugar, en los últimos dos años, cuando eran menores de edad.

Por eso, hay que tener claro las necesidades concretas de cada niño y analizar para qué va a usar el teléfono móvil. Esta reflexión debe ser conjunta, enseñando a los más pequeños cómo sacar el máximo partido a la tecnología de forma responsable. Se debe fomentar el uso activo de los dispositivos, convirtiéndolo en una herramienta de aprendizaje o para realizar fotografías, por ejemplo, frente a un uso exclusivamente pasivo visitando páginas de Internet o redes sociales.

Cuidado con los contenidos inadecuados Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 66% de los niños españoles de 10 a 15 años dispone de teléfono móvil. En la palma de su mano tienen acceso a todo tipo de contenidos, incluso a opciones poco adecuadas a su edad. Para enseñarles a gestionar todo ese abanico de posibilidades, es recomendable introducir de forma gradual el smartphone. Como apoyo, se puede hacer uso de aplicaciones de control parental, que limiten las opciones del dispositivo. Los menores, además, deberían tener acceso restringido a páginas no adecuadas y tener deshabilitado el pago con tarjeta. Proteger su intimidad desde pequeños

Es esencial que los padres conozcan el uso que los jóvenes hacen del dispositivo para establecer controles y ayudarles a comprender la importancia de preservar su intimidad en el mundo digital.

Ser activos en redes sociales desde edades tan tempranas (47,83% de los jóvenes españoles ha creado su primer perfil en redes sociales antes de cumplir 14 años) supone un riesgo que se puede evitar con la ayuda de los padres. Hacerles entender que no deben compartir información sensible, como su dirección o dónde pasan las vacaciones, es la única manera de que en el futuro sean usuarios de estas redes de forma responsable.

Controlar cómo se relacionan a través del móvil

El estudio también arroja datos sobre el contenido que reciben los jóvenes en sus dispositivos, una información que puede ayudar a los padres a enseñar desde pequeños la forma adecuada de relacionarse a través del smartphone. Según se desprende del estudio de WIKO, un 46% de los jóvenes españoles encuestados afirmaron haber recibido contenido de tipo sexual en sus teléfonos móviles en los dos últimos años, cuando aún eran menores. Además, el estudio desvela que un 29% de los centennials de 18 años participaron en alguna ocasión en challenges o desafíos a través de las redes sociales antes de cumplir la mayoría de edad.

Para ayudar a los más pequeños a establecer los límites que no se pueden traspasar en lo que al uso del smartphone y redes sociales se refiere, los padres deben hablar con ellos para ayudarles a entender por sí mismos la forma sana y responsable de comunicarse y relacionarse con otros.

Conocer las ventajas y los riesgos

Vivimos conectados de forma constante. Por eso, para evitar un uso abusivo cuando se alcanza la edad adulta, hay que establecer medidas cuando los más pequeños comienzan a familiarizarse con el uso de los dispositivos. Según se extrae del “I Observatorio de la Generación Z a través del smartphone”, más del 12% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años afirma pasar 10 horas o más al día conectados a su teléfono. Este uso excesivo se podría evitar involucrando a los niños a la hora de establecer esos límites.

En definitiva, la clave de educar en buenos hábitos es fomentar una conversación fluida y constructiva con los más pequeños en la que se resuelvan sus dudas. Así, explicando tanto las ventajas como los posibles riesgos, podrán aprender por sí mismos cómo hacer un uso responsable de la tecnología y aprovecharse de todas sus ventajas.

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