Según la consejera de Empleo, Turismo y Cultura no lo hacían de forma muy diferente. Ana Isabel Mariño ha asegurado que la gran ciudad de El Llano de la Horca, situada en un cerro de alrededor de ocho hectáreas de Santorcaz, tenía un diseño urbanístico similar al de Pozuelo -y alrededores- con casitas adosadas. Teniendo en cuenta que los últimos carpetanos habitaron la zona entre los siglos III y I antes de Cristo el parecido razonable resulta sorprendente.
Tanto como contemplar vitrinas repletas de restos prehistóricos -sobre todo de cerámica y metal- y recorrer los paneles de la exposición con las ilustraciones que Arturo Asensio ha creado en base a la versión de sus comisarios; Gonzalo Ruiz zapatero, Gabriela Märtens, Miguel Contreras y Enrique Baquedano -Director del Museo Arqueológico Regional-. Es como viajar en el tiempo 2.300 años atrás. Todo un privilegio, en palabras de la alcaldesa Paloma Adrados, contar con un espacio de conocimiento clave para descubrir la protohistoria de la región "porque hay que conocer el pasado para entender el presente y proyectar el futuro".
La exposición “Los últimos carpetanos. El oppidum de El Llano de la Horca. Santorcaz, Madrid” reúne más de 700 piezas recuperadas del yacimiento que el Museo Arqueológico Regional (MAR) investiga desde hace doce años. Algunas como la Pátera de Titulcia (plata), el Vaso de los Caballos (cerámica) o la Fíbula de Pie Vuelto (bronce) son auténticas joyas. Todas fruto del trabajo de excavación, investigación e interpretación en un yacimiento que condensa la vida cotidiana de los carpetanos, los indígenas prerromanos que habitaron hace más de veinte siglos y comían gachas con carne de perro.
Como Tadeo (Jones)
El Ayuntamiento ha programado actividades complementarias y gratuitas en torno a esta muestra, como visitas guiadas, para ayudar al público a comprender la sociedad carpetana. También dos conferencias impartidas por los comisarios de la exposición sobre la Edad del Hierro y los pueblos prerromanos de Hispania y sobre el proyecto de investigación arqueológica en "El Llano de la Horca".
Para los pequeños (niños y niñas de 8 a 12 años) se van a organizar dos talleres con los que despertar, de forma didáctica pero amena, su interés por las costumbres de sus antepasados, el proceso de producción cerámica y la arqueología. Como Tadeo (Jones).
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