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De Pozuelo a los Max... y viceversa

miércoles 28 de mayo de 2014, 08:06h

A ritmo de cabaret para destacar la necesidad del arte escénico como esencia del ser humano. Así transcurrió la XVII edición de los Premios Max. Una transgresora velada conducida por Jimmy Barnatán a la que acudieron actores que antes de pisar la alfombra roja pisaron los escenarios de Pozuelo.


Como Ana Labordeta que visitaba el pasado sábado al Mira Teatro -por segunda vez- para representar, junto a sus compañeras Ana Otero, Arantxa Aranguren y Rosa Savoini, Atlas de Geografía Humana, la adaptación de la novela de Almudena Grandes. El montaje que disfrutamos de cerca era uno de los tres programados dentro del ciclo Teatro en Escena. O como Silvia Marsó a la que vimos hace poco más de un año convertida en la Yerma de Federico García Lorca por obra y gracia de Miguel Narros paseando su angustia por la atrevida -y por momentos refrescante- escenografía de Mónica Boromello.

Eva Yerbabuena
fue una de las afortunadas. La Mejor Intérprete Femenina de Danza por ¡Ay! pasó por el Auditorio El Torreón para participar en Pozuelo Escénica. A la sala de prensa del Circo Price llegó con su manzana y el vestido de lunares para contar a la prensa que el título de su espectáculo es la primera palabra que dijo su retoño. Y hablando de danza quien también posó en la alfombra roja junto a la hija de la desaparecida María de Ávila, Premio de Honor, fue Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España. Antes, en 2011, estrenó en el Mira Teatro Suite Sevilla. Y Víctor Ullate -habitual en la programación cultural de Pozuelo-, y sus hijos sonrieron a los fotógrafos porque Josué Ullate era finalista en la categoría de Mejor Intérprete Masculino de Danza.

Antes y después de la gala, dirigida por Mariano de Paco y retransmitida por La 2 y el Canal Internacional de TVE, vimos a los chicos de Ron Lalá recién aterrizados. Tan sólo unas horas antes volvían de Londres donde han representado -con subtitulos- En un lugar del Quijote, el fantástico montaje que trajeron al gran escenario de Pozuelo y por el que eran finalistas al Max en la categoría de Mejor Espectáculo de Teatro Musical. En la edición de los Max del año pasado se llevaron su primera manzana a la Mejor Empresa o Producción Privada de Artes Escénicas pero esta vez no pudo ser... De haberlo conseguido hubieran recibido la escultura de manos del actor Fernando Cayo que también pasó por Pozuelo y nos conquistó con su trabajo en De Ratones y Hombres, de Miguel del Arco.

Grandes y triunfadores

Los ganadores de la noche fueron el coreógrafo sevillano Israel Galván -Mejor Intérprete Masculino de Danza, Mejor Coreografía y Mejor Espectáculo de Danza- por Lo real y el actor Juan Diego Botto. Su obra Un trozo invisible de este mundo, dirigida por Sergio Peris-Mencheta, se llevó cuatro de los seis premios a los que aspiraba: Mejor Diseño de Iluminación, Mejor Autoría Revelación, Mejor Actor y Mejor Espectáculo de Teatro. La conmovedora obra sobre el exilio y la inmigración se volvió más visible que nunca un día después de las Elecciones Europeas. Quizás la veamos aquí antes de las Municipales y Autonómicas.

 

 

Fotos: Luis Camacho y Enrique Cidoncha/Fundación Autor

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