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Jesús Gil González: constructor
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Jesús Gil González: constructor

martes 02 de agosto de 2016, 07:00h
Jesús Gil González (1890-1978) nace en 1890 en Salamanca donde convierte en carreteras muchos caminos rurales. Su profesión de constructor le lleva a crear su propia empresa, Inmobiliaria Charra. Nace entonces un negocio familiar y un vínculo con Pozuelo de Alarcón que ha dejado huella en una urbanización creada, en un primer momento, para hacer frente a las necesidades de vivienda de gentes humildes.
Las primeras obras civiles de Jesús Gil González comenzaron en su tierra natal. En los bellos parajes de la Peña de Francia y creando conexiones para facilitar los desplazamientos por los pueblos de la España rural. Siendo un joven constructor conoció a la que sería su esposa, Josefa Coca y Coca.

Un contrato incumplido por los propietarios de la Huerta Grande, una hermosa finca de Pozuelo que bordea el comienzo de la carretera de Majadahonda, le trajo al pueblo. Para condonar la deuda, los Gandarias entregaron a Jesús Gil González unos terrenos con un hotelito similar al que todavía sigue en pie en Huerta Grande, próximos a la actual calle Doctor Cornago que alcanzaban la villa de los señores Ester.

Sobre esos terrenos el constructor levantó, en la década de los setenta del siglo XX, un barrio de protección oficial con apelativos florales que creció con una colonia de casitas pareadas porque en una parte de la finca no se podía edificar en bloque. En dos versiones; viviendas de una planta y pareados de dos plantas y sótanos. Todas agrupadas en calles que llevan el nombre del constructor y sus familiares (A excepción de Portugalete que era la ciudad natal de Josefa Fernández Villarán, la esposa de su primogénito, Lorenzo Gil Coca).

Una Orden Ministerial del 18 de marzo de 1955 concede la Medalla al Mérito en el Trabajo, en su categoría de plata, al constructor Jesús Gil González por su dedicación desde los catorce años. El documento añade que su labor, al frente de la Inmobiliaria Charra, se caracterizó "por el sello que le imprimió de elevado espíritu de justicia social y complimiento celoso de sus obligaciones laborales". El galardón se concedió a petición del personal de la empresa que buscaba reconocer los méritos de su patrón.
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