Personalidades

El viaje de Alicia Rey en El Foro de Pozuelo

Lunes 07 de noviembre de 2011

"Sin Límites" es un via crucis con diez estaciones. Pero sin dolor. El camino que Alicia Rey ha recorrido dentro y, sobre todo, fuera del lienzo por placer y necesidad. Una colección para ser vista. A partir del viernes 11 y hasta el 5 de diciembre en El Foro.



La vida da muchas vueltas. La de Alicia Rey en casi todos los sentidos. De Pozuelo a Madrid, de Madrid a Barcelona pasando por Londres, de Barcelona a Pozuelo, saltos, acrobacias, maderas y óleos. Es inquieta por naturaleza y sus primeros coqueteos con la fotografía surgieron en las aulas del colegio San Luis de los Franceses. A sus compañeras de clase las capturó en decenas de carretes que luego revelaba y positivaba en su laboratorio "casero". Por entonces no se planteaba ser artista porque nadie lo hacia y decidió estudiar magisterio, como su mejor amiga, porque había que tener una formación universitaria. Nunca ha trabajado como profesora pero durante la carrera aprendió a hacer saltos saltos mortales en la escuela de circo Carampa. Y a ganarse la vida para pagar el alquiler de su piso en Madrid con actuaciones y copas. Ahora dice que navegaba entre dos mundos sin tener muy claro como canalizar toda esa energía. Y entonces ¿qué pasó?

- Que me fui a vivir a Barcelona en busca de aire fresco pero con el circo en la cabeza y me metí en una compañía. Comencé a hacer performances, actuaba en discotecas con zancos, asistía a clase de circo. Estuve cuatro años sumergida en el maremagnum circense hasta que decidí dar un paso más. Ingresé en la escuela de circo y me pase un año entrenando ocho horas diarias y haciendo "bolos" los fines de semana para costear mis estudios. Un sacrificio tremendo que me hizo reflexionar. Tenía 27 años, me enfrentaba a un segundo curso mucho más duro y debía renunciar a muchas cosas.

Como pez en el óleo

Y Alicia no estaba dispuesta. No se matriculó y aquello trajo consecuencias. En la ciudad condal superó una crisis existencial que le afectó físicamente como consecuencia de la falta de entrenamiento. Pero encontró una inesperada terapia: los dibujos. Con humildad pero sospechando que aquello que hacía no estaba mal del todo los expuso en el bar que estaba debajo de su casa y ¡sorpresa! no solo gustaban, además se vendían. Entonces decidió dar el salto a la madera y pasear con sus tablillas por los locales del barrio. Y otra vez ¡sorpresa! también se vendían. La madre de su compañera de piso, una francesa "hippie" y "yogui" le compró toda su producción nada más verla y le regaló una caja de óleos carísima. Y se enamoró del material. Y compró lienzos. Y descubrió el placer de la pintura. Y todo fluía. Y ¿qué más?

- Vine a Madrid pensando en preparame para el ingreso en Bellas Artes. En la Academia Peña estuve seis meses dibujando del natural. Me notaba muy suelta con el carboncillo y lo entendía y sombreaba como si lo tuviera dentro; todo crecía naturalmente. Mi espíritu de lucha forjado en el circo, donde tanto he llorado, me descubrió que había sacrificios placenteros. Volví a Barcelona para hacer el examen de ingreso y entré en la facultad de Bellas Artes. De los cinco años hice tres que fueron intensos; pintando y vendiendo por encargo en mi casa del barrio gótico. Pero quería hacer mi propia colección y para eso tenía que decir adiós.

Fusión de mundos

Aterrizó en Barajas y volvió a la casa familiar de Pozuelo. Aquí todo estaba dispuesto. Una habitación convertida en taller, luz natural, las ventanas abiertas de par en par, gorro y bikini. Un encierro voluntario para centrarse en otro viaje, esta vez interior, de dos años que terminaba hace un mes y que se inaugura en El Foro el día 11 del mes 11 del año 11. Lleva por título Sin Límites y es...

- Mi primera colección. Diez cuadros en óleo sobre tela de gran formato (bastidores de 1,80-1,90 metros). Sin Limites porque es el resultado de explorar un terreno desconocido. Es pintura abstracta y una actitud ante la vida. Mi obra es un poco yo y me he enfrentado a ella y a mis estados de ánimo. He querido al cuadro, lo he respetado y le he "dado caña". Me he dejado el alma en cada pincelada.

Alicia Rey vive ahora en una mezcla de expectación y serenidad. Sabe que lo próximo es El Foro pero piensa en una nueva colección. Ahora figurativa y nacida en un taller propio. Y a lo lejos Nueva York. Otra vuelta más. De esas que da la vida.