La primera parte del equipo fue buena: estuvo casi todo el tiempo en campo contrario, se adelantó e incluso pudo marcar algún gol más. Nadie podía presagiar lo que ocurrió en el segundo tiempo.
Fue una desconexión fatal que le hizo recibir tres tantos en quince minutos. La zaga, tan segura en los últimos partidos, falló de manera estrepitosa en prácticamente todos los goles.
El equipo se reenganchó con el segundo de Gonzalo (no puede venir el próximo partido, ¿qué será de nosotros?) pero al poco tiempo recibió el cuarto en otro error defensivo.
Lo peor de esto es que ahora viene una tanda de partidos ante equipos de la zona alta. No estaba previsto, pero habrá que pelear por puntuar (y ganar) todos los partidos para llegar con opciones a la recta final.