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Consecuencias psicológicas del confinamiento

lunes 11 de mayo de 2020, 14:00h
Consecuencias psicológicas del confinamiento
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El Dr. Sorio, Doctor en Psicología Clínica y Responsable de la Unidad de Obesidad de Clínica Opción Médica, nos alerta de cuáles van a ser las secuelas psicológicas de la población ante la actual emergencia sanitaria.

Frente una catástrofe de salud como la que estamos viviendo actualmente, vamos a tener que afrontar consecuencias psicológicas en la población y los profesionales de la salud mental ya estamos preparando protocolos y programas de actuación y de intervención clínica y sanitaria, afirma el Dr. Sorio, Doctor en Psicología Clínica y Responsable de la Unidad de Obesidad de Clínica Opción Médica.

Una de las consecuencias psicológicas con la que vamos a encontrarnos es el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) que se define como una alteración que aparece ante la exposición de un evento traumático o estresante en el que una persona se ha visto sometido durante un tiempo. La intensidad del TEPT dependerá del grado de los acontecimientos sufridos ya que puede ir desde un confinamiento sin haber presentado problemas de salud y únicamente como medida preventiva al contagio, hasta la experiencia de haber sufrido el contagio en primera persona o la de un familiar cercano o, incluso, en casos más extremos, haber sufrido el fallecimiento como tantas personas han sufrido.

Los síntomas que acompañan a este cuadro clínico son básicamente todo un espectro de sintomatología ansiosa basada y centrada en el miedo, así como en la anhedonia (la pérdida de experimentar placer), la tristeza y la depresión o bien síntomas de hostilidad, enfado y de conductas; Asimismo, no debemos olvidar los comportamientos que se pueden desarrollar a nivel adictivo, tanto los hábitos tóxicos como el consumo masivo y abusivo del alcohol, como las adicciones tecnológicas que se darán más entre adolescentes y niños. Además, también nos encontraremos con conductas de ingesta compulsiva (comer por ansiedad, atracones...), un tema que seguro tendremos que trabajar con muchos de nuestros pacientes.

En aquellos casos de TEPT de mayor grado e intensidad, la persona que lo sufre puede revivir de forma continua unos episodios cognitivos que se manifiestan como si monótonamente se estuvieran repitiendo de nuevo en forma de "flash", con ilusiones perceptivas que muchos pacientes comparan como cuando se repite una misma película de terror una y otra vez. Son imágenes, recuerdos y experiencias vividas que la persona afectada las vive continuamente. Esta intensidad se dará en aquellos casos que el estrés haya sido muy excesivo tal y como el Dr. Sorio explica anteriormente, en aquellos casos de máxima afectación o ante la pérdida de algún familiar.

Frente aquellos casos que no se ha sufrido esta intensidad tan estresante, no se va a manifestar de esta forma pero sí que pueden darse algunos síntomas más llevaderos y fáciles de superar. Es posible que nos encontremos con conductas fóbicas de tipo evitativo como por ejemplo: evitar salir, evitar acudir a lugares públicos por el temor al contagio, evitar las aglomeraciones,… y este hecho puede desencadenar en lo que en psicología clínica y psiquiatría conocemos como agorafobia con o sin ataques de pánico. Además, también podemos sufrir alteraciones del sueño y otros trastornos relacionados todos con el componente ansiógeno.

El miedo que se ha sufrido al contagio ha generado y generará también muchas recaídas entre pacientes psiquiátricos afectados por trastorno obsesivo - compulsivo (TOC) cuya obsesión por la limpieza les lleva a conductas repetitivas como por ejemplo el continuo lavado de manos.

¿De qué dependerá la superación?

Como comenta el Dr. Sorio anteriormente, dependerá del grado y de la intensidad del factor estresante sufrido pero también de la capacidad de adaptación de la persona. Es decir, aquellas personas con facilidad para adaptarse a los cambios y a las nuevas experiencias lo van a llevar mejor, por el contrario, aquellas personas con mayores dificultades hacia la adaptación de la aparición de factores vitales nuevos, lo llevarán peor. Los psicólogos deben ayudar a la adaptación a todas aquellas personas que más han sufrido y, sobre todo, deben enseñar mecanismos alternativos, tanto conductuales como cognitivos.

Otro factor de influencia notable en la superación será la edad y no lo podemos olvidar. No es lo mismo el vencimiento en un adolescente que en una persona mayor en edad y que, además, presenta enfermedades de riesgo, con lo cual su miedo será y habrá sido mayor.

Como último y más intenso, pongámonos en la piel de aquella persona que por contagio tuvo que ser hospitalizada, que su salud corrió riesgo de muerte, que pasó un largo tiempo en el hospital, aislado de sus seres queridos; así como viceversa, los familiares que poco podían hacer para ayudar a su familiar afectado y únicamente podían estar pendientes de las llamadas telefónicas de los profesionales sanitarios esperando el parte médico. Es fácil que estas personas necesiten ayuda de especialistas.

¿Cómo lo tenemos que superar?

Deberá superarse de forma progresiva y por fases. Evidentemente, no podemos pasar del nada al todo, aunque sí que cuando nos llegó pasamos del todo al nada. De un día para otro, pasamos a sufrir el cambio y no tuvimos tiempo para adaptarnos correctamente o, al menos, no todas las personas. Ahora, si lo que queremos es superarlo y llevarlo de forma positiva, tendremos que ir superándolo y pasando fases. Debemos empezar por lo más sencillo y llegar a lo más difícil. Un ejemplo claro sería empezar a dar un paseo por un campo o un camino tranquilo sin contactos y, finalmente, en el último escalón, conseguir llegar al nivel de partida que podría ser volver a ir a un cine, un espectáculo o un concierto musical.

El mejor remedio de afrontamiento es el mismo que se utiliza en la superación de miedos y fobias, que consiste en una aproximación de forma muy gradual al estímulo de pánico o al miedo sufrido exponiéndote a él y batallándolo, pero nunca con conductas evitativas porque a corto plazo sí que alivian el problema, pero a largo plazo, únicamente refuerzan más el pánico y el terror.

La experiencia de la superación será la prueba de que iremos volviendo a la normalidad pero nos llevará tiempo a conseguirlo.

¿Quién debe ponerse en manos de profesionales psicológicos?

Casi todos tendremos este trastorno de forma muy leve pero no será patológico en todas las personas. Deberían ponerse en manos de profesionales psicológicos todos aquellos que han sufrido una situación estresante grave como un contagio con ingreso hospitalario agresivo o personas que han sufrido la muerte de una familiar y que, además, no se han podido despedir. Es decir, aquellos casos más graves, que sí que recomendaríamos el inicio de una terapia.

Todas aquellas personas que no hayan sufrido esta intensidad en la pandemia, si se ven afectados pueden seguir algunas sesiones dirigidas a la nueva adaptación y pautas de cómo se debería llevar a cabo, como medida de prevención no patológica.

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