En adultos, el acné puede aparecer de forma repentina o persistir desde la adolescencia. El mecanismo principal es la obstrucción de los folículos pilosos por un exceso de sebo y células muertas, creando un entorno ideal para la proliferación bacteriana.
Cada vez más adultos lo padecen por causas hormonales, estrés, dieta o factores ambientales.El acné es una afección cutánea comúnmente asociada con la adolescencia, pero cada vez más adultos la experimentan en distintas etapas de su vida. Lejos de ser un problema meramente estético, el acné puede afectar tanto al rostro como al cuerpo, comprometiendo la salud de la piel y el bienestar emocional. “Sus causas en la edad adulta son múltiples y van más allá de la pubertad: desde alteraciones hormonales hasta el estrés, la dieta, el uso de cosméticos inadecuados o la exposición a factores ambientales como la contaminación o el calor”, explica el Dr. Javier Pedraz, dermatólogo de IML CLINIC.
En adultos, el acné puede aparecer de forma repentina o persistir desde la adolescencia. El mecanismo principal es la obstrucción de los folículos pilosos por un exceso de sebo y células muertas, creando un entorno ideal para la proliferación bacteriana. Sin embargo, este proceso puede verse agravado por:
Verano, un escenario propicio para los brotes
El acné puede empeorar en verano, sobre todo en adultos. El aumento del sudor, la humedad ambiental y la acumulación de productos solares o cremas pesadas pueden favorecer la obstrucción de los poros. Además, “una mayor exposición al sol puede provocar un efecto rebote: la piel se reseca inicialmente, pero luego produce más sebo para compensarlo, aumentando el riesgo de brotes”, destaca el profesional de IML CLINIC.
La importancia de acudir al dermatólogo
Dado que las causas del acné adulto son multifactoriales, es fundamental realizar una evaluación dermatológica personalizada. Solo un profesional podrá identificar los desencadenantes concretos y establecer un tratamiento adaptado a cada paciente. La detección temprana y el abordaje específico son clave para evitar la cronificación y las posibles marcas o cicatrices.
Prevención y tratamiento: tecnología al servicio de la piel
Existen tratamientos preventivos que ayudan a mantener la piel limpia, equilibrada y libre de impurezas, como el Hydrafacial, una técnica no invasiva que limpia, exfolia e hidrata la piel en profundidad, ideal para controlar el exceso de sebo y minimizar la obstrucción de poros.
Cuando el acné ya está activo, “los tratamientos con láser ofrecen una alternativa eficaz para reducir la inflamación, eliminar bacterias y mejorar la textura de la piel. Estos procedimientos, combinados con una rutina de cuidado adecuada, pueden reducir considerablemente los brotes y prevenir secuelas visibles”, recalca el Dr. Pedraz.