Ocio

Del pobre de mí en la Estación de Pozuelo

Miércoles 18 de julio de 2012

Con un original castillo de fuegos artificiales acabaron las Fiestas del Carmen. Los festejos han cambiado tanto que muchos acabaron recordando viejos tiempos. Hace dos décadas la pradera y aledaños concentraban a miles de vecinos. Hoy a centenares y mañana...



Una marea de gente en torno a atracciones, casetas y actuaciones recorría cada año a mediados del mes de julio un recinto ferial repleto de luces y sonidos que comenzaba en el actual parque de las Minas y finalizaba junto al túnel sobre el que sigue pasando el tren. A formar la marea acudían, además de vecinos de Pozuelo de todas las edades, clase y condición, familiares y amigos venidos de todos los rincones del noroeste madrileño y hasta de otros puntos de España. Porque las Fiestas de la Estación transformaban Pozuelo durante siete días. Y el fin de semana aparcar el coche a menos de 500 metros de las fiestas era prácticamente imposible.

En los ochenta y los noventa en el recinto ferial de la Estación había puentes en lugar de paseos y todo estaba repleto de atracciones. Desde los clásicos "tren de la bruja", "saltamontes" y "coches de choque" a las tómbolas repletas de muñecas "chochona" y carreras de camellos pasando por "deportes festivos" como la pesca de patitos de goma, el tiro al palillo o el golpe de martillo.

Además de las atracciones estaban las casetas de comida con sus pollos girando sin parar, los puestecillos de manzanas cubiertas de caramelo y almendras garrapiñadas y los chiringuitos de los partidos políticos y bares de la época. Banderitas y farolillos decoraban un ferial en el que unas veces se oían Sevillanas grabadas y otras a Ketama o Tenesse en directo y sin pagar entrada. En ese lugar no había huecos en la pradera la noche de los fuegos artificiales. Y a todos nos parecía que el cielo de Pozuelo reventaba de alegría con cada cohete.

Hoy el cielo se ilumina pero menos. Mucho ruido y pocas nueces comentaban algunos en las mesas de los dos chiringuitos de comida que ahora se instalan en el pequeño recinto ferial de la Estación. Cerca de los hinchables y los toldos para que los pequeños hagan manualidades, jueguen al mini golf o a la videoconsola. Lo mismo que cuando Pozuelo se Mueve -en los parques o en Navidad- con la excepción del sombrero de paja de Zielo Shopping.

Cuentan los mayores que antes salían en el pasacalles y se pasaban meses preparando los disfraces. Que en la Procesión había mucho "gentío". Que ahora ya no es lo mismo pero que seguirán bajando cada año a acompañar a la Virgen del Carmen. Porque es la patrona de su barrio. Y el sentimiento de barrio es de lo poco que perdura con el paso del tiempo.