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“La prevención es la acción más efectiva para combatir el glaucoma en las mascotas”

jueves 09 de marzo de 2023, 15:41h
“La prevención es la acción más efectiva para combatir el glaucoma en las mascotas”
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Si no es detectada a tiempo, esta enfermedad ocular puede llegar a ocasionar ceguera debido al daño progresivo que sufre el nervio óptico

El glaucoma de tipo secundario representa el 80% de los glaucomas en el perro y casi el 100% en el gato1,2

Una exploración oftalmológica básica cada 6 meses o cada año podría identificar signos precoces de enfermedad ocular y evitar graves repercusiones para la salud del paciente

El glaucoma, al igual que ocurre en los seres humanos, en una enfermedad que afecta a los ojos y que, debido al daño progresivo que sufre el nervio óptico, puede llegar a ocasionar ceguera si no es detectada a tiempo. De hecho, el glaucoma es considerado una de las principales causas de ceguera en perros y gatos, así como una de las enfermedades oftalmológicas que, en su estado más avanzado, más dolor provoca.

Existen dos tipos de glaucoma, el primario y el secundario. “En el primario la causa es una mala conformación del ángulo iridocorneal, de la malla trabecular o de cualquier otra parte de la hendidura ciliar, que dificulta la circulación del humor acuoso originando un aumento de la presión intraocular (PIO) sin que se pueda identificar otra patología ocular asociada” explica Javier Esteban Martín, Practice Manager de AniCura Ocaña Oftalmología Veterinaria, diplomado CLOVE y acreditado AVEPA en Oftalmología Veterinaria. “En el secundario el paciente presenta una enfermedad ocular en curso que da como resultado una alteración del flujo normal del humor acuoso causando un aumento de la PIO” añade.

El glaucoma primario tiene, como en los seres humanos, una importante predisposición genética. Sin embargo, existe poca información sobre el modo en el que se traspasa esta herencia. Por su parte, entre las causas más frecuentes de glaucoma secundario se encuentran enfermedades como la uveítis, la luxación del cristalino, las neoplasias y las cataratas.


El glaucoma secundario representa el 80% de los glaucomas en el perro y casi el 100% en el gato1,2. Sin embargo, existen algunas razas más propensas a padecerlo. En los perros, las razas Beagle, Caniche, Dogo Alemán, Samoyedo, Husky Siberiano, Akita inu, Cocker, Golden Retriever, Bulldog Francés, entre otras, son algunas de las más afectadas. En los gatos, las razas Siamés, Burmés, Persa, Común europeo, son aquellas con una mayor predisposición a padecer esta enfermedad.

El glaucoma, una enfermedad silenciosa

Los signos y síntomas del glaucoma son a menudo difíciles de detectar, incluso para el veterinario, hasta que son muy evidentes, pues muchos de ellos son comunes a otras patologías. En muchos casos el primer signo que se suele detectar, y por el cual se acude a consulta, es la falta de visión o la ceguera cuando esta ya es fatal e irreversible para el animal.

Sin embargo, algunos síntomas podrían llegar a ser identificados por el cuidador si presta especial atención a su mascota. Uno de ellos son los cambios de comportamiento sutiles como el miedo, la pérdida de confianza o la apatía. Otras veces, signos clínicos como ojos rojos e inflamados, ojos que aumentan de tamaño, ojos blanquecinos o azulados, o dilatación de la pupila son apreciables a simple vista, aunque estos pueden ser pasajeros en las primeras fases de la enfermedad.

A nivel de tratamiento éste será inicialmente médico, empleando fármacos que inhiban la producción del humor acuoso y permitan así disminuir el dolor que provoca el aumento de la presión intraocular (PIO). Sin embargo, este tipo de tratamiento solo llega a ser eficaz a corto y medio plazo pues en muchos casos su efecto es insuficiente, el paciente presenta intolerancia a los medicamentos o hay falta de cumplimiento por parte del cuidador. Además, prolongar el tratamiento médico podría ser nocivo para la salud del animal y para el correcto funcionamiento de la retina y del nervio óptico.

Es por ello, que como mejor opción se plantea la intervención quirúrgica, que, al no ser practicada de manera precoz, puede incrementar la aparición de complicaciones intraoculares, entre ellas la ceguera. Los nuevos dispositivos para la cirugía filtrante y la endociclofotocoagulación han supuesto un gran avance en la cirugía del glaucoma para mantener por más tiempo la capacidad visual del ojo.

En los casos en los que ya el animal está ciego de uno de o los dos ojos, el objetivo se limita a aliviar el dolor del animal implantando una prótesis intraescleral de silicona, realizando una extirpación del órgano a través de una enucleación o una exenteración. Esta última opción se reserva para pacientes con tumores intraoculares o un deterioro severo del globo ocular.

La prevención, clave para evitar el progreso de la enfermedad ocular

Cada 6 meses o, como mínimo 1 vez cada año, cuando un paciente acude a consulta, bien sea para vacunarse o recibir un tratamiento antiparasitario, desde AniCura Ocaña Oftalmología Veterinaria se recomienda aprovechar esta oportunidad para realizar una exploración oftalmológica básica. De este modo, será posible identificar algunos signos precoces de enfermedad ocular y evitar las repercusiones para la salud del paciente que serán menores si son diagnosticadas a tiempo.

Adicional a ello, se recomienda llevar a cabo un estudio ocular más profundo especialmente cuando el paciente es mayor o presenta alguna enfermedad sistémica como hipertensión arterial, diabetes, hipotiroidismo, síndrome de Cushing o la aparición de alteraciones oculares como retinopatías, cataratas, queratoconjuntivitis seca, o degeneraciones corneales, siendo estas patologías causa de predisposición a la presencia de afecciones oculares.

“En nuestro centro tratamos alrededor de 300 pacientes con glaucoma cada año, quienes en algunas ocasiones llegan presentando ceguera o un déficit visual severo. Por ello, la prevención por parte de veterinarios y cuidadores es sin duda la acción más efectiva para combatir esta enfermedad” señala Javier Esteban Martín. “Un examen ocular precoz y detallado podría determinar rápidamente si el paciente requiere ser revisado con mayor frecuencia y, si se identifica alguna enfermedad ocular moderada o severa, puede ser derivado a tiempo a un oftalmólogo experimentado para recibir un tratamiento adecuado y evitar secuelas irreversibles”, concluye.


Referencias


1 Predisposiciones raciales a enfermedades en perro y gato. Alex Gough, Alison Thomas. SERVET, 2008.

2 Guía SERVET de Manejo Clínico Glaucoma. Javier Esteban Martín, Carlos Muñoz Rubio, Alberto Baro Lorenzo, Eva Santolaya Meca. SERVET, 2018.

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