El acné es un proceso inflamatorio que afecta a la unidad pilosebácea, englobando tanto al pelo como a las glándulas sebáceas. Aunque este problema suele apreciarse más comúnmente en zonas del rostro o del cuerpo, también puede presentarse en otras partes como el cuero cabelludo, que tiende a inflamarse en las zonas donde aparece el acné, presentando síntomas como dolor, irritación o picor. Este tipo de acné, más habitual entre personas que tienen el pelo graso, no suele ser visible y, en muchos casos, no se trata a tiempo, conllevando infecciones e, incluso, la pérdida de cabello, según explican desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar.
“El acné del cuero cabelludo se origina por una inflamación del folículo piloso que se manifiesta con pústulas, apareciendo por diversos factores. Esto se conoce como foliculitis y puede darse de forma aislada o estar relacionada con otras patologías del cuero cabelludo de mayor gravedad. Puede tratarse de acné queloidiano de la nuca, foliculitis decalvante, lupus discoide o dermatitis pustulosa, y la aparición de granos en la cabeza suele relacionarse con alopecias cicatriciales. Es por esto que resulta fundamental el diagnóstico precoz por parte de un especialista, sobre todo si la inflamación o el picor se vuelven agudos, ya que podría requerir un tratamiento más severo para ser eliminado”, explica el doctor Steven Walker, de la clínica Hospital Capilar.
Así, existen diferentes causas que pueden llegar a producir este acné en el cuero cabelludo que, normalmente, son similares a cuando nos salen granos en el rostro, aunque el factor desencadenante dependerá del tipo de grano que se trate. De esta forma, los principales motivos de la aparición de esta inflamación del folículo piloso suelen ser las alteraciones autoinmunes, los desajustes hormonales producidos durante el embarazo o la menstruación, las reacciones alérgicas derivadas de ingerir determinados alimentos o fármacos, las infecciones en el cuero cabelludo por estafilococos, que viven en la piel pudiendo causar inflamación y espinillas, o bien por la predisposición genética del paciente a desarrollar foliculitis decalvante. No obstante, también existen otros factores relacionados con la aparición de esta inflamación del folículo piloso, como los cambios bruscos y repentinos de clima o bien el estrés, un problema que tiene efectos devastadores en nuestra salud, entre los que se encuentra el acné en el cuero cabelludo.
“El problema de no tratar esta patología a tiempo es que, en las zonas afectadas por el acné, se pueden formar cicatrices que impiden el crecimiento del cabello, llevando a que el paciente sufra, incluso, alopecias cicatriciales, lo que conlleva la pérdida definitiva del folículo piloso y por tanto del pelo, generando tejido cicatricial, impidiendo que el paciente, en este punto, pueda someterse a un injerto capilar; aunque es importante consultar con el especialista la viabilidad de esta intervención en cada caso”, subraya Steven Walker.
En cuanto a los tipos de granos existentes, cabe recalcar que pueden clasificarse entre granos con pus cuando proviene de una infección de origen vírico, fúngico o por bacterias; granos sebáceos o con grasa, que aparecen al existir una falta de higiene evidente; granos rojos, típicos en reacciones alérgicas; o granos secos, causados por la existencia de una dermatitis seborreica y con un tacto similar a una costra.
Cómo evitar el acné del cuero cabelludo
Según detalla el especialista de Hospital Capilar, “aunque no existe un método realmente efectivo para evitar la aparición de los granos en la cabeza, existen algunos antibióticos, antiinflamatorios o inmunomoduladores a los que se puede optar dependiendo del diagnóstico y severidad de cada caso”. Así, para hacer frente a los granos en la cabeza se recomiendan utilizar productos como los antibióticos tópicos en crema y orales, retinoides que se aplican sobre la piel impidiendo que se obstruyan los folículos pilosos, así como otro tipo de compuestos como el peróxido de benzoilo, ácido salicílico y azufre y, por último, el uso de champús sin sulfatos con antioxidantes e ingredientes antiinflamatorios.