Los hechos ocurrieron en la calle Cronista Gil González Dávila, de la capital abulense, cuando una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico obligaron a parar a un conductor que circulaba bajo los efectos del alcohol.
Según informa Ávila Digital los guardias civiles avisaron a la Policía Local, para que efectuaran las pruebas de detección de alcohol, que arrojaron una “elevada” tasa en aire espirado, por lo que se le imputó un presunto delito contra la seguridad vial y se le inmovilizó el vehículo.
Hasta aquí la escena podría haber sido de lo más habitual -por desgracia- si no fuera porque el conductor, un vecino de Pozuelo que responde a las iniciales P.F.C.P.C. se personó a las ocho de la mañana en la Jefatura de la Policía Local de Ávila golpeando con violencia la puerta de entrada e instando a los agentes a que le devolvieran su vehículo.
Cuando logró acceder a las instalaciones, arremetió contra el material de la recepción, rompiendo un teléfono y una pantalla de ordenador, además de intentar propinar patadas y puñetazos a los agentes presentes, que le redujeron y detuvieron como presunto autor de un delito de atentado contra agentes de la autoridad.
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