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Cómo manejar el estrés antes de la llegada de Navidad

jueves 20 de noviembre de 2025, 09:00h
Cómo manejar el estrés antes de la llegada de Navidad
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Para muchas personas, la Navidad es cualquier cosa menos relajante. Aunque se supone que es una época de celebración, conexión y descanso, en la práctica suele convertirse en una carrera contra el tiempo. Compras, cenas, compromisos familiares, cierre de año en el trabajo… la presión acumulada puede disparar los niveles de ansiedad.

Según diversos estudios sobre salud mental estacional, diciembre es uno de los meses donde se reportan más casos de estrés agudo. El intento por cumplir con todas las expectativas, combinado con el cansancio acumulado del año, genera un cóctel emocional difícil de gestionar si no se toman medidas a tiempo.

Sobrecarga

El origen del estrés navideño no es solo el volumen de tareas, sino también las expectativas poco realistas. Tratar de organizar la “Navidad perfecta”, mantener la armonía familiar, atender todos los eventos sociales y cuidar el presupuesto al mismo tiempo es, sencillamente, demasiado.

Además, el final del año suele traer balances personales, reflexiones pendientes y, a veces, sentimientos de frustración o duelo. Ignorar estas emociones o intentar silenciarlas con hiperactividad solo agrava el problema.

El primer paso es reconocer que no todo tiene que salir impecable. Reducir el nivel de exigencia es una decisión estratégica para preservar la salud mental.

Plantas

Existen estrategias complementarias que ayudan a regular el estrés de forma natural. Una de ellas es el uso de hierbas con propiedades calmantes. Plantas como la valeriana, la melisa, el tilo y especialmente la flor de la pasión han sido utilizadas tradicionalmente para aliviar tensiones y favorecer el descanso.

La flor de la pasión, en particular, actúa como un ansiolítico suave. Se puede consumir en infusión o en extractos, y es bien tolerada por la mayoría de las personas. Para quienes buscan opciones naturales, las hojas de flor de la pasión están disponibles en la tienda online Azarius, y pueden ser una ayuda útil para enfrentar esta temporada con más calma.

No se trata de “apagar” las emociones, sino de ofrecer al cuerpo un respiro para poder procesarlas con más claridad y menos agitación interna.

Límites

Muchas veces, el estrés navideño se intensifica por la falta de límites claros. Decir sí a todo —a compromisos sociales, cenas familiares o tareas adicionales— es una receta segura para el agotamiento.

Es fundamental aprender a priorizar. No tienes que asistir a todos los eventos ni aceptar cada invitación. Establecer tus propios tiempos y necesidades es un acto de autocuidado, no de egoísmo. También es válido renegociar roles dentro del hogar- compartir responsabilidades reduce la carga individual y mejora la convivencia.

La planificación con antelación es otra herramienta clave. Evitar compras de último minuto o preparar las comidas con tiempo ayuda a bajar el nivel de presión durante los días más críticos.

Expectativas

La imagen idealizada de la Navidad —familias felices, regalos perfectos, cenas impecables— no refleja la realidad de la mayoría. Intentar alcanzar ese estándar solo alimenta la frustración y la ansiedad.

Aceptar que algunas cosas saldrán distintas a lo planeado es parte del proceso. Lo importante no es la perfección, sino la conexión auténtica con las personas que te rodean y contigo mismo. Reservar momentos tranquilos, aunque sean breves, permite reconectar con lo que realmente importa- cerrar el año con conciencia, no con desgaste.

Gestionar el estrés navideño no es una tarea menor. Es una decisión activa que implica revisar hábitos, ajustar expectativas y construir un entorno más amable, incluso dentro del caos inevitable.

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