Alrededor de cincuenta vecinos y comerciantes del centro de Pozuelo se manifestaron ayer por la tarde, durante una hora, en la plaza del Padre Vallet para mostrar su apoyo al trabajador de la empresa Jigar SA, David Cediel. Cediel permanece desde el lunes por la mañana en una grúa, a 40 metros de altura, con un cartel que dice "Ruina consentida". Esta frase va dirigida al Ayuntamiento de Pozuelo, a quien le pide que presione a Ploder Uicesa, que está preparando un concurso de acreedores ya que debe 81 millones a la banca y 350 a subcontratas. La constructora Ploder Uicesa adeuda a Jigar SA, la empresa en la que trabaja Cediel, alrededor de 150.000 euros y por ello ha tenido que despedir a 140 empleados.
Pero los manifestantes también aprovecharon la concentración, que piensan repetir todos los días, para mostrar su enfado por el retraso que sufren las obras de la plaza del Padre Vallet que constan de la peatonalización del entorno, la construcción de un aparcamiento subterráneo y su explotación y la rehabilitación de la antigua Casa Consistorial y su ampliación como centro cultural y que tendrían que haber finalizado en enero de este año.
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