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Fascitis plantar, la lesión del verano
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Fascitis plantar, la lesión del verano

viernes 11 de agosto de 2017, 08:00h
La fascitis plantar es una de las lesiones más comunes del verano. Esta dolencia que afecta a los deportistas, y más específicamente a los corredores, aumenta en la época estival por el uso continuado de las chanclas y del calzado plano sin sujeción.

El verano es la estación idónea para liberarnos de ataduras y dejarnos llevar por la relajación de las vacaciones, el olor a mar y las bebidas refrescantes en el chiringuito. Pero, aunque parezca una contradicción, cuando el pie entra en juego es preferible una buena sujeción a la plena libertad de movimientos.

La razón es obvia. Durante el resto del año los pies están bien sujetos, apoyados y amortiguados. Con la llegada del calor y del uso excesivo de las chanclas, la fascia del pie realiza un trabajo extra porque el arco plantar pierde el apoyo. Esta “liberación” del calzado se traduce en un dolor que comienza en el talón y que se puede extender hasta los dedos impidiéndonos caminar.

La recuperación de la fascitis plantar precisa un tratamiento doble que combine fisioterapia y podología, ya que en ocasiones también es necesario el uso de plantillas para corregir los posibles defectos de la pisada. Desde Clínica Medicalia señalan que las técnicas de fisioterapia específicas alivian el dolor y reducen la inflamación, ayudándonos a recuperarnos con mayor rapidez de esta lesión veraniega. No obstante, también aconsejan realizar un estudio biomecánico de la marcha y de la pisada para descartar otros factores de base relacionados con el pie que puedan derivar en problemas futuros.

¿Con o sin chanclas?

El abuso de las chanclas y de calzados veraniegos similares es el responsable de la fascitis plantar, pero también de otras dolencias como lesiones en los tobillos, esguinces o tendinopatía en el talón de Aquiles. Este tipo de calzado está indicado específicamente para el disfrute de la playa y la piscina con el objetivo de evitar quemaduras o el contagio por hongos. Pero, como podemos comprobar, la tendencia a utilizarlo de forma continuada puede derivar en lesiones que nos impidan disfrutar de las vacaciones en su plenitud.

La solución radica en usarlas en su justa medida, solo en las ocasiones que así lo exijan, y no de forma continuada durante todo el día. Desde Clínica Medicalia aconsejan utilizar un calzado de verano anatómico que evite las suelas planas sin consistencia, y que ofrezca un buen apoyo plantar. Lo idóneo es que aporten sujeción al pie para que los dedos no tengan que hacer el trabajo de sujetar la chancla con el “efecto garra”, que es uno de los detonantes de la fascitis plantar.

Ante las primeras molestias, la mejor opción es consultar con un fisioterapeuta u osteópata que prescribirá el tratamiento más adecuado para evitar que la lesión empeore y nos arruine el verano.

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