Los procesos de selección son cada vez más complejos y la competencia en el mercado laboral mayor. Por ello, es cada vez más necesario que los candidatos se preparen bien las entrevistas de trabajo y las posibles pruebas a las que se pueden enfrentar si quieren conseguir una nueva oportunidad laboral.
Llega septiembre y con él los nuevos retos y propósitos tras el fin del periodo vacacional por excelencia. Muchas organizaciones preparan a lo largo de este mes los procesos de selección que abrirán hasta la finalización del año, o suman proyectos para los cuales necesitarán ampliar su plantilla cuando llegue el nuevo. Es por ello que desempleados o profesionales en búsqueda de nuevas oportunidades encuentran en la llegada de la nueva estación un buen momento para conseguir empleo.
Hoy en día, una oferta de trabajo puede llegar a captar hasta 500 aspirantes en tan sólo un par de días, realidad que ha obligado a los reclutadores a aplicar una mayor cantidad de herramientas que sean un filtro para seleccionar al candidato perfecto de manera rápida y efectiva.
Por esta alta competitividad no es sencillo avanzar hasta la segunda etapa del proceso de selección: la entrevista. Nos citan, acudimos y todo va bien hasta que el seleccionador pregunta: ¿por qué crees que deberías ser tú el seleccionado y no los demás? Esta es solo un ejemplo de aquellas cuestiones con las que los reclutadores buscan identificar las fortalezas y debilidades de los candidatos con el objetivo de determinar quién es la persona indicada para el puesto.
La Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia ha querido recoger algunas de las posibles preguntas “trampa” a las que los candidatos se pueden enfrentar y que, de no saber cómo reaccionar correctamente, pueden llevar su CV a la carpeta de “descartados”:
¿Por qué crees que deberías ser tú el seleccionado y no los demás?
Esta respuesta no debe basarse únicamente en tus conocimientos técnicos, dado que es probable que la formación no te diferencie del resto. Al contrario, explica cómo tu experiencia, habilidades y aptitudes desarrolladas a lo largo de tu trayectoria encajan con el cargo al que aspiras.
Expertos en selección coinciden que algunas de las habilidades más valoradas son el compromiso, la capacidad de adaptación al cambio y de comunicación, y el liderazgo.
¿Qué puede decirme de usted?
En esta respuesta existen dos reglas que debes considerar: nunca cuentes cuestiones personales y comparte solo información que te ayude a conseguir el trabajo. Por ello, la respuesta debe estar orientada a demostrar logros profesionales y/o académicos, tus habilidades aplicables al puesto, y los objetivos o metas profesionales alcanzadas.
¿Cuál es tu mayor defecto?
Seguramente en el pasado has explicado que tus mayores defectos son ser perfeccionista o adicto al trabajo, pero este tipo de respuestas son muy comunes, por eso es mejor que entregues información específica y realista. Es importante explicar una debilidad que se ha convertido con el tiempo en fortaleza, así demuestras que tienes capacidad de mejora continua, y que eres transparente.
Es más, existen respuestas que jamás se debería dar a un seleccionador si queremos evitar que nos descarten. Encontramos aquí frases como “uno de mis mayores defectos es la puntualidad, debo aprender a llegar más temprano”, “soy un poco lento y a veces me retraso con la entrega de los proyectos”, “me irrito con facilidad”, entre otras.
¿Por qué quiere trabajar en nuestra empresa?
Para esta respuesta será necesario tener conocimiento de la empresa, su historia, cultura corporativa, hacia dónde se dirige, presencia, etc. Asegúrate de que tu explicación se sustente en esos puntos. Si has hecho una investigación sobre la compañía, sabrás en qué aspectos puedes fundamentar tu argumento.
¿Por qué dejaste el último trabajo?
Sé honesto, coherente y concreto en su respuesta. Sabemos que a veces el motivo puede ser difícil de explicar, como son los despidos, pero no se puede permitir que el entrevistador deje volar su imaginación y pensar qué pudo ocurrir. Nunca se debe esconder la razón y, si la verdad no es agradable, prepárala con anticipación. Siempre será mejor decir la verdad de la mejor forma posible, a que descubran alguna mentira.
¿Qué opinas de tu último jefe?
Bajo ningún concepto podemos hablar mal de nuestros ex jefes, compañeros o empresa en una entrevista de trabajo. La impresión que se da es de una persona en la que no se puede confiar.
¿Tienes alguna pregunta?
Decir ‘No’ no es la respuesta correcta. La entrevista no puede terminar sin que aclares tus dudas lanzando alguna pregunta dado que si no puede parecer que se carece de interés hacia el puesto de trabajo. Aquí podemos hacer gala de que hemos estudiado a la compañía y hacer preguntas concretas sobre el departamento, la manera de trabajar, etc.
“No solo es importante lo que digas, sino también cómo lo digas. En este aspecto tu lenguaje corporal es fundamental. Muchas veces los gestos o posturas corporales hablan más que mil palabras, de ahí la importancia de cuidar todos los tipos de lenguajes en el entorno laboral”, explica Javier Caparrós, director general internacional de Trabajando.com.