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Te contamos cuál es el ejercicio que puedes hacer en casa y con el que vas a oxigenar cuerpo y mente

martes 12 de noviembre de 2019, 13:00h
Te contamos cuál es el ejercicio que puedes hacer en casa y con el que vas a oxigenar cuerpo y mente
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El pranayama, o lo que es lo mismo, la técnica de respiración consciente, incrementa el nivel de energía, elimina toxinas y otorga calma y serenidad.

¿Te has parado alguna vez a pensar en tu respiración? ¿Cómo respiras, cuándo y por qué cambia tu forma de hacerlo? Estas son preguntas que habitualmente no nos planteamos hasta que algo o alguien nos llama la atención sobre ello. Todos sabemos cómo respirar porque es algo que ocurre automáticamente y de forma natural pero ¿y si te decimos que tenemos en la respiración la mejor herramienta para conectar con nosotros mismos, para cargarnos de energía, combatir el estrés y hasta aliviar dolor?

La respiración es importante por dos razones básicas: es la única manera de darle a nuestros distintos órganos el oxígeno que es vital para nuestra salud y, además, es una de las maneras de deshacernos de las toxinas de nuestro cuerpo. Por todo esto, trabajar la respiración de forma consciente no solo es una moda que recorre las salas de yoga, sino que tiene consecuencias directas sobre lo que pasa en el cerebro y es algo que nos ayuda a sentirnos mejor y a intentar controlar lo que sucede en nuestra mente.

Tanto si practicas yoga como si no lo haces, puedes llevar a cabo diversos ejercicios de respiración profunda para mejorar tu salud tanto física como mental, eliminando el estrés y la ansiedad. Isabel Manso, profesora de yoga del hotel Barceló Portinatx, te da las claves para que practiques el pranayama, un conjunto de técnicas de la respiración que consta de tres movimientos, inspiración, expiración y retenciones, cuyo propósito es controlar aquello que en yoga se llama prana, la energía vital que se encuentra en todo ser:

  • Lo primero que queremos hacer es buscar un lugar tranquilo alejado del ruido y donde sepamos que nada ni nadie nos va a molestar durante cinco o diez minutos. Crear un santuario personal.

  • Para que podamos concentrarnos más en la respiración, podemos ambientar el espacio (en el caso de que lo hagamos en interior) con luz tenue, encender una vela, usa un vaporizador con aceites esenciales, sin sonidos fuertes e incluso poniendo una música relajante que nos permita crear una atmósfera especial.

  • Siéntate en el suelo en una postura cómoda, de piernas cruzadas, usando todos los cojines que necesites, quieres tener la pelvis más alta que las rodillas, o túmbate boca arriba, dejando caer los pies y poniendo las palmas de la mano mirando hacia el techo. Busca siempre no estar en tensión ni sentir molestias. Si tienes problemas de lumbar puedes colocar una almohada detrás de la parte baja de los muslos- rodillas.

  • Cierra los ojos, sigue relajando todos los músculos (incluida la mandíbula y la cara) y empieza conscientemente a inspirar tranquila y profundamente por la nariz. Nota como el aire pasa a través de tu nariz y llena tu barriga y siente como se hincha. Sigue respirando y practicando hasta conseguir llevar tu respiración a la zona del vientre. Te puede ayudar colocar las manos en el abdomen para sentir la expansión y caída. Empieza a liberar el aire de tus pulmones exhalando por la nariz, hasta que tu vientre y tu ombligo se muevan hacia la parte de atrás de la columna, ayudándote a vaciar completamente de aire tu cuerpo y cualquier energía estancada en el aparato digestivo.
  • Concéntrate y cuando notes la mente llevándote hacia pensamientos vuelve al aquí y ahora llevando la atención de nuevo a la respiración, las veces que sea necesario.
  • Es un momento para ti, así que siéntete agradecida y date las gracias por permitirte unos minutos de relajación y oxígeno para tu cuerpo, mente y vida. Namasté.
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