Las empresas y administraciones públicas, siempre que objetivamente sea posible y compatible con las necesidades de servicio y atención del negocio, se están volcando al trabajo en remoto para mitigar el riesgo de propagación del virus.
Esto hará que cuando se supere esta situación de pandemia muchas empresas comenzarán a valorar la conveniencia de establecer procedimientos o protocolos internos que regulen la forma de proceder en ciertos casos, estableciendo criterios objetivos de acceso al teletrabajo, instaurando reglas generales y de excepción.
Falta de planificación, el gran error
El gran error consiste en la improvisación y si no se cuenta con una buena planificación puede llevar a la percepción de que es la propia herramienta de teletrabajo la que no da la utilidad que se espera, cuando en realidad el problema es la falta de planificación.
El escenario para el teletrabajo se debe favorecer facilitando a los trabajadores y al e-leader (leader virtual) la formación y herramientas necesarias para que puedan desempeñar su tarea con éxito. Se deberá prestar atención los canales de comunicación y colaboración como así también a los riesgos asociados a la ciberseguridad y tomar las medidas pertinentes desde el inicio.
La gestión del e-leader y su capacidad de reacción para tomar decisiones y desarrollar soluciones disruptivas que ayuden a superar las dificultades que se presenten en un ámbito de trabajo por objetivos y no presencial es fundamental para lograr los resultados deseados.
El teletrabajo como fórmula laboral
El teletrabajo es una fórmula laboral que se ha extendido en las últimas décadas gracias a la generalización del uso de las tecnologías, las redes de comunicación, la velocidad del desarrollo tecnológico y científico, la globalización de la información, como así también las permanentes demandas de conciliación de la vida profesional, personal y familiar.
Con esta modalidad asistimos a un nuevo modelo de cultura organizacional, donde el foco está en maximizar los recursos de las empresas, mejorar la productividad, retener el talento, conciliar la calidad de vida de los trabajadores con su empleo y beneficios para el medioambiente por la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero al disminuir los viajes hasta el lugar del trabajo
Claramente, vemos que se aplica la estrategia laboral “win to win” (ganar para ganar) en la que todas las partes salen beneficiadas, premisa básica de la estrategia de Responsabilidad Social Empresarial de las empresas.
Si (
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