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¿Los niños que estudian en un mismo centro escolar todas sus etapas educativas tienen mejores resultados académicos y personales?

lunes 24 de enero de 2022, 11:51h
¿Los niños que estudian en un mismo centro escolar todas sus etapas educativas tienen mejores resultados académicos y personales?
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Sin ninguna duda, una de las elecciones más difíciles cuando se es padre o madre es la elección del colegio de nuestros hijos. Para muchos, son varios los factores los que entran en juego: modelo educativo, etapas educativas que ofrece el centro, instalaciones, extraescolares… Y, por supuesto, la cercanía.

Para muchas familias, el hecho de que un mismo centro escolar ofrezca una educación que va desde los 0 hasta los 18 años es un requisito imprescindible ya que, de este modo, se aseguran de que los más pequeños puedan emprender todas sus etapas sin la necesidad de cambiar de colegio, ambiente y compañeros.

Victor Aunión, profesor del colegio Europeo de Madrid, nos explica que si bien es cierto que, en algunas ocasiones, el cambio de centro educativo o realizar las distintas etapas en distintos centros puede ser recomendable por distintos motivos, cabe destacar que son muchos las ventajas que tiene que los niños vivan toda su vida académica en un mismo colegio. Ahora bien, ¿cuáles son los principales beneficios de que esto ocurra?

Los principales beneficios de que los niños vivan todas las etapas educativas en un mismo colegio son varios. En primer lugar: aprender bajo un mismo modelo educativo. Vivir una línea homogénea y una forma de trabajar en la búsqueda de unos objetivos educativos que se mantienen desde sus primeros años de vida hasta que afrontan su paso para ir a la universidad. En este aspecto, no solo hablamos de los aspectos docentes y académicos, sino también de los principios y valores, así como el fomento de unas habilidades y competencias que forman parte del ideario de colegio elegido.

Otro de los aspectos más beneficiosos es que, en estos casos, el trato y conocimiento entre profesores y alumnos, en ambas direcciones, supone una ventaja. Cuanto mayor conocimiento se tiene del alumnado más efectivo será el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto es gracias a que las medidas que se pueden tomar serán más adaptadas a las características concretas del alumno, no solo en el ámbito académico sino también en otros aspectos personales que inciden en su desarrollo. Además de esto, si es importante el conocimiento mutuo entre los equipos docentes y el alumnado, no lo es menos el trato personalizado que se puede generar con las familias. Por un lado, redunda en el beneficio del niño o niña conocer sus circunstancias personales tras años de trato y relación y esto, a su vez, genera una confianza y tranquilidad en las familias que se adquiere gracias a esta relación mencionada.

Otro aspecto muy importante que se produce gracias a vivir todas las etapas educativas en el mismo centro, son las amistades que se pueden generar al haber compartido aulas desde edades muy tempranas. Gracias a ello, estas se hacen duraderas en el tiempo y los lazos son muy profundos, manteniéndose en muchos casos para toda la vida.

Por otro lado, la identificación con el centro educativo por parte del alumnado, gracias a los años que pertenece al mismo, mejora mucho su convivencia y promueve su participación en todo tipo de actividades no académicas: culturales, deportivas, de voluntariado… En estos casos, al percibir el colegio como algo propio, los alumnos son mucho más participativos.

Entonces, ¿todo esto influye también en el futuro personal y profesional de los alumnos? Pues la respuesta es sí. El hecho de que un niño o niña permanezca toda su etapa escolar en el mismo centro educativo no solo permitirá trabajar la parte académica, sino que permitirá que desarrolle, de forma homogénea, unas habilidades y competencias que influirán positivamente en su futuro, tanto personal como profesional.

Aunque pueda parecer contradictorio, pese a estar en un mismo colegio toda la vida académica, se puede trabajar de forma eficaz la capacidad para adaptarse al cambio y para afrontar con creatividad los retos que tengan por delante. Para ello, es necesario una planificación adecuada en las distintas etapas educativas, pero por eso mismo el resultado final es muy beneficioso. Por otro lado, los valores transmitidos desde pequeños, con la colaboración y conocimiento de las familias, construyen personalidades sólidas, capacitadas para un futuro profesional globalizado y cambiante.

Otro punto que cabe destacar es que, aunque se vivan todas las etapas educativas en un mismo centro escolar, es importante que los alumnos tengan espacios diferentes para cada una de las mismas. A nivel personal, los alumnos perciben el cambio, sienten que van superando etapas y ven diferencias en su entorno. Por otro lado, también es importante que los alumnos de distintas edades tengan sus propios ámbitos de relación dentro del centro educativo. Algo muy positivo es que, al estar en el mismo colegio, pasar de una etapa educativa a otra no supone un cambio tan brusco y hace más fácil la transición entre Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Ahora bien, está claro que no podemos olvidar que, en muchas ocasiones, las familias tienen la necesidad de cambiar de centro escolar, bien sea por un cambio de residencia, de ciudad o cualquier otra circunstancia que haga esto inevitable. En otras, las familias ven la necesidad de hacerlo como recurso para mejorar situaciones negativas, pero siempre debemos tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, cuando esto ocurre, el desarrollo académico y personal se encuentra con dificultades. Un entorno desconocido, en lo académico y lo personal, nuevos profesores, nuevos compañeros y una forma diferente de hacer las cosas provocan que el alumno, en muchas ocasiones, tenga dificultades de adaptación que perjudican su rendimiento y generan situaciones de estrés.

En este punto, debemos tener en cuenta que, tanto a nivel personal como académico, cambiar de centro educativo en la adolescencia supone mayores complicaciones. En lo académico pueden suponer grandes cambios tanto en el nivel de exigencia como en las metodologías aplicadas pero lo que puede general más dificultades suele ser el ámbito personal. En estas edades en pleno proceso de cambios físicos y de formación de la personalidad, el grupo de iguales, los amigos, son un elemento esencial y el hecho de cambiar de colegio puede ser un problema para el alumno, que sea desprovisto de su entorno de confort y aumente sus inseguridades.

Así pues, siempre y cuando no sea necesario, será recomendable y altamente beneficioso para los niños crecer en un mismo ambiente escolar para fortalecer su crecimiento personal y académico y, como consecuencia, obtener mejores resultados a todos los niveles.

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