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Disruptores endocrinos: qué son y cómo evitarlos

lunes 24 de enero de 2022, 12:01h
Disruptores endocrinos: qué son y cómo evitarlos
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Aunque te parezca mentira, el incremento de las enfermedades de tiroides, la falta de vitamina D, la obesidad, algunos tipos de cáncer o los problemas de fertilidad tienen un denominador común. Sí, y tiene nombre…

No creas que este asunto es nuevo. Ya hace 20 años el Dr. Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, director del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y reconocido experto a nivel mundial en el estudio del de los disruptores endocrinos, presentó sus primeras investigaciones ante la Unión Europea y la OCDE.

Desde entonces, y a pesar de que en 2012 la Organización Mundial de la Salud junto con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), los definían como una amenaza global en su informe Endocrine Disrupting Chemicals 2012, SOLO alguno de estos tóxicos y SOLO en algunos países han sido prohibidos.

La mayoría siguen utilizándose, y ¿sabes dónde?.

Sobre todo, en nuestros hogares, alimentos y productos de aseo.

Pero, ¿qué son y cómo actuan en tu cuerpo?

La OMS los define como una sustancia o mezcla exógena que altera las funciones del sistema endocrino y, en consecuencia,causa efectos adversos para la salud en un organismo intacto, o su progenie, o (sub) poblaciones.

El sistema endocrino a través de sus diferentes glándulas, como la archiconocida tiroides además de muchas otras de nombres menos conocidos, es el encargado de ordenar la generación de todas nuestras hormonas, como insulina, cortisol, adrenalina, la hormona del crecimiento, estrógenos, progesterona, testosterona, adrenalina, y muchas, muchas más.

Todas estas hormonas son imprescindibles para nuestra vida.

(Pssss, pssss… te voy dando alguna pista. Los medicamentos más recetados en España, son para paliar problemas tiroideos)

El papel de las hormonas en nuestra vida es tan fundamental, que son las que hacen que nuestras células se comporten de una manera concreta y no de otra.

Para eso, nuestras células tienen lo que se llaman receptores hormonales, cuya función podríamos decir que fundamentalmente es de seguridad, siendo, para entendernos, muy parecida a la de una cerradura.

Nuestro cuerpo es tan perfecto que solo puede entrar en la cerradura (receptor hormonal) la llave (hormona) adecuada, y de este modo no hay posibilidad de que la célula reciba una orden equivocada, y por tanto que tenga una respuesta errónea,por ejemplo, crecer cuando no debería.

Genial la naturaleza, que nos ha hecho a prueba de “hackeos”… …

Así sería si los humanos no nos empeñáramos en ocasiones en ser nuestros propios hackers e inventar cosas como nuestros queridos disruptores endocrinos.

Que a lo que se dedican es a conseguir que su forma sea tan similar a la llave de las hormonas, que consiguen abrir la cerradura de los receptores hormonales y hecho eso, enviar a las células el mensaje que les parece: lo mismo un mensaje amplificado o minimizado, o incluso no dando ningún mensaje (necesario en condiciones normales).

Esto provoca que nuestro organismo se queda sin la orden que necesita (como por ejemplo el crecimiento de una célula que ha de crecer), recibe una orden diferente a la esperada, o bien recibe la orden de crecimiento de una célula dañina.

Claro, como nuestras células confían en que todos los sistemas de seguridad de nuestro maravilloso cuerpo han funcionado a la perfección, se creen estos mensajes o su ausencia y los cumplen sin rechistar

Las consecuencias de esto las encontramos en la última parte de la definición de la OMS, “causan efectos adversos para la salud en un organismo intacto, o su progenie, o (sub) poblaciones”.

Es decir, nos producen enfermedades a nosotros, a nuestros hijos, a los hijos de nuestros hijos, y a los de éstos, … …

Además la reacción se produce en el mismo momento que entramos en contacto con estas sustancias.

Y el problema es que encontramos a los disruptores endocrinos en nuestras casas, cosméticos como desodorantes o geles de ducha, alimentos tratados con pesticidas, plásticos, y un largo etc.

Pero calma…

Que no cunda el pánico, no es irremediable. Sabiendo cómo, podemos minimizar muchísimo nuestra exposición. Lo vemos en detalle más adelante.

¿Qué enfermedades causan los disruptores endocrinos?

Antes hemos enumerado de manera genérica algunos efectos que sobre la salud tienen los disruptores endocrinos, toca ahora ser algo más concretos:

1. Obesidad.

Los “obesógenos” o disruptores endocrinos que tienen relación directa con la obesidad llevan años estudiándose, ya que estas sustancias ayudan a incrementar diariamente nuestro peso, así como las diferentes enfermedades relacionadas con este hecho.

2. Hipotiroidismo.

3. Diabetes.

4. Alteraciones y enfermedades neurológicas.

Numerosos estudios señalan directamente la posible relación con el déficit de atención, autismo, párkinson y alzhéimer.

5. Disminución del coeficiente intelectual.

Tal como detalla el libro “Libérate de Tóxicos”, citando el estudio de Beatriz González, en los niños expuestos a pesticidas se detecta, por una parte, un descenso de 3,8 puntos en el coeficiente intelectual, y por otra, cuanto mayor es el nivel de plaguicidas en su organismo, menor es su dominio de la comprensión verbal.

6. Baja fertilidad.

La disminución en la cantidad y la calidad de los espermatozoides sitúa la fertilidad humana en los niveles de baja en Europa y bajísima en España.

7. Déficit de Vitamina D.

En España, un país donde el sol brilla 300 días al año, una gran mayoría de la población tenemos bajos los niveles de la vitamina D, tan relacionada con nuestras hormonas.

8. Tipos de cáncer hormonalmente dependientes.

Cánceres como el de mama, próstata, testículos, ovario y tiroides tienen relación directa con la cantidad y calidad de nuestras hormonas, y por tanto, relación directa con los disruptores endocrinos.

9. Cáncer infantil.

Los disruptores endocrinos son uno de los factores de riesgo más alto en la incidencia de cáncer infantil.

QUÉ PUEDES HACER PARA PARA EVITAR LOS DISRUPTORES ENDOCRINOS

Te voy a dar algunos consejos por partidas independientes, aquellas en las que podemos encontrar mayor presencia de DE.

1. En cosmética:

Evita todos los derivados del petróleo, parabenos, y otras sustancias químicas nocivas.

Te recomiendo utilizar productos lo más naturales posible, y si puedes, escoge productos con certificación ecológica, de este modo irás sobre seguro y te podrás evitar volverte loca leyendo etiquetas.

2. En la comida:

Según Eurostat, España compra 78.000 toneladas anuales de pesticidas, lo que nos convierte en el país que más química agrícola tiene.

Ummmm …¿Será para almacenarlos?...

Por si acaso, compra frutas y verduras frescas y de temporada, en la medida de lo posible de pequeños productores locales, y mejor aún ecológicos. De este modo evitarás los plaguicidas, si es que deciden usarlos en lugar de almacenarlos.

De todos los químicos de los que llevas leyendo un buen rato, también son víctimas los animales de muchas explotaciones ganaderas.

De tal modo que al igual que nos ocurre a nosotros, en la grasa animal y en los productos lácteos se acumulan los disruptores endocrinos suministrados a estos animales, que después ingerimos nosotros.

Consúmelos con moderación y elígelos ecológicos.

En la medida de lo posible, cambia las latas de conserva y latas de refresco por frascos y botellas de cristal.

Evita los aditivos alimentarios que encontrarás en alimentos procesados, potenciadores del sabor, los” E - …”, …

Si te gusta el pescado y quieres consumirlo, limita el consumo semanal de pescado graso y escoge siempre la especie de menor tamaño (que no es lo mismo que pezqueñines), ya que la acumulación de tóxicos en los pequeños (boquerones o sardinas p.e.) es mucho menor que en los de gran tamaño (atún o emperador p.e.). Así evitarás mercurio, ftalatos y compuestos persistentes.

3. En la cocina:

En la cocina el BPA en plásticos y el PFOA o PTFE en sartenes son las estrellas.

La administración americana describió hace unos años que los compuestos químicos más abundantes en la sangre del norteamericano medio son los PFOS y PFOA utilizados en los instrumentos de cocina.

Y numerosos estudios como el publicado en el National Center for Biotechnology, nos desvelan cómo en la gran mayoría de los plásticos se encuentra bisfenol A (BPA).

Evita el plástico en tu cocina. Cambia los tupper y utensilios de cocina, por cristal, acero, madera o silicona platino.

Según los vayas cambiando, puedes dejar los tupper viejos de plástico para almacenar herramientas, tornillos,… o cualquier cosa que no sea de alimentación. Y así les darás una segunda vida.

Cuando necesites cambiar tus sartenes, escógelas libres de metales pesados, PFOS y PFOA, evitarás que los tóxicos contenidos en su composición pasen a la comida, y por tanto, que lleguen a ti. En su etiquetado puedes ver fácilmente si están libres de estas sustancias.

4. En el Agua embotellada:

Estudios realizados por la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada y el Dr. Nicolás Olea, han detectado que 8 de cada 10 aguas embotelladas que se comercializan en España son hormonalmente activas.

Por tanto, evita siempre el agua embotellada en plástico. Elige agua filtrada, o si no es posible, botella de cristal.

5. En el hogar:

Según vayas terminándolos, ve remplazando poco a poco tus ambientadores y detergentes por otros naturales y sin tóxicos.

6. En tu ropa:

Dentro de lo posible, escoge tu ropa de tejidos naturales como algodón, lino, lana, etc. Y mejor si es ecológica.

Evita los tejidos acrílicos. Como sabes el poliéster es una fibra sintética derivada del petróleo. Por lo que los tóxicos utilizados, ahora estarán en contacto con tu piel.

A modo resumen…

La experiencia nos ha mostrado que, sustancias que en un principio parecían inocuas y se empleaban habitualmente(DDT, bisfenol A, …), realmente no lo eran, y finalmente se acabó prohibiendo su utilización.

Por lo que aprender de nuestra experiencia es fundamental

Sin duda la prevención es la solución, y cambiando nuestros hábitos de consumo, evitaremos en gran medida la exposición.

No podemos esperar que las leyes se adelanten porque no lo harán, seamos nosotros los que cuidemos nuestra salud.

Es mucho más sencillo de lo que parece. Se trata de hacer pequeños cambios poco a poco.

Es importante que te asegures de la calidad de lo que llevas a tu casa.

Compra ecológico, de temporada, y sin procesar. Busca productos naturales y sin plástico.

A pesar de que el precio puede parecer algo mayor de lo que pagamos por otros productos, te aseguro que a la larga lo ahorras, porque no lo gastarás en salud.

Además piensa que el mercado es sabio, y la ley de oferta y demanda funciona. Si evitamos comprar productos que dañan nuestra salud, y solicitamos otros saludables, ejercemos presión para el cambio.

Cada vez que compras, estas emitiendo un voto por el mundo y la salud que quieres.

Cuídate, mímate.

Fuentes:

Libérate de Tóxicos. Imprescindible libro del Dr. Nicolás Olea

Sicker, fatter and poorer. Dr. Leonardo Trasande.

Toxic Cocktail. Como los químicos afectan a nuestro cerebro. Dra. Barbara Demeneix.

Primavera Silenciosa. Rachel L. Carson.

Andreas Kortenkamp. State of the art assessment of endocrine disrupters. Final report.

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