Precisamente por ello, las familias y los docentes juegan un papel fundamental en la vida de cualquier persona, tanto a nivel educativo como personal. Así pues, del mismo modo que una buena educación será esencial, la alimentación es otro de los factores que debemos cuidar al máximo y, sobre todo, en la etapa infantil.
Por suerte, vivimos en una sociedad donde, actualmente, se le da una importancia notable a la buena alimentación de los más pequeños y donde, cada vez más, la apuesta por una vida sana cobra protagonismo. La bollería industrial, los azúcares y la comida ultra procesada producen cada vez más rechazo entre los adultos de los que depende la alimentación de los más pequeños y la fruta, las verduras, el pescado, la carne, las legumbres, los cereales y los productos frescos y de proximidad se ponen en alza y ocupan los primeros puestos de prioridades. Y no es para menos. Durante la infancia, una buena alimentación será clave para el desarrollo adecuado, tanto a nivel físico, como mental, y la que permitirá, en gran medida, una buena salud, un buen rendimiento físico y un desarrollo intelectual óptimo. Ahora bien, ¿cómo podemos fomentar, por ejemplo, el consumo diario de fruta y verduras entre los más pequeños? Trini Ferri, coordinadora de Primaria y responsable del Club de Sostenibilidad del Colegio Europeo de Madrid, nos da 6 tips para tener en cuenta:
- ¡Seamos su mejor ejemplo! Sin duda, los adultos cercanos somos el modelo a seguir para cualquier niño y ellos se acostumbrarán a llevar a cabo aquellos hábitos con los que estén familiarizados día a día. No tendría sentido que los mayores no incluyamos la fruta y la verdura en nuestra dieta diaria, pero queramos que lo hagan ellos, ¡esto es cosa de todos!
- Apostar por los alimentos que más les gusten. Como en todo en la vida, respetar sus gustos será clave en cualquier momento, también en la alimentación. Si hay alguna fruta o verdura que le gusta más que otras, vamos a intentar apostar por ellas, ¡lo importante es que disfruten mientras comen estos alimentos!
- Que el consumo de fruta y verdura no sea una obligación. Totalmente ligada a la anterior, no podemos convertir este hábito saludable en una obligación, porque entonces lo verán de una forma negativa y eso no nos ayudará nada a que asuman estos buenos hábitos alimenticios dentro de su vida cotidiana.
- La presentación es muy importante. Como nos pasa a los adultos... ¡Un plato atractivo siempre nos gusta más! Para fomentar el consumo de frutas y verduras, la presentación de estas nos ayudará mucho. Podemos preparar brochetas, llevar la fruta pelada y en trocitos para que sea más apetecible y cómoda, ¡e incluso preparar platos con distintas frutas y conseguir dibujos increíbles! Si buscamos en internet, encontraremos un sinfín de opciones, ¡y a los peques les encantará!
- Preparar recetas juntos. Sin duda, implicarles en la cocina no solo fomentará valores como la concentración, el trabajo en equipo, la cooperación o la responsabilidad, ¡sino que les divertirá muchísimo! Si vamos a preparar la comida, la cena o la merienda, podemos pedirles que nos echen una mano, ¡les apasionará ser partícipes del proceso y después poder saborear ese plato que ellos también han preparado!
- Apostar por los huertos urbanos. ¡No hay mejor forma de animar al consumo de hortalizas que cultivar estos productos con los niños! Sin duda, esto lo podemos hacer tanto en casa como en el colegio, y basta con un pequeño huerto urbano. Los más pequeños, además de comer bien y sano, aprenden a colaborar disfrutando del proceso: plantar, regar y cuidar la planta. ¡Es realmente fascinante!
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