Finaliza la Campaña de Prevención de Cáncer de Mamá en Pozuelo de Alarcón

El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer que se puede diagnosticar precozmente. La técnica utilizada es la mamografía, que consiste en una radiografía de las mamas capaz de detectar lesiones en estadios muy incipientes de la enfermedad. Cada dos años, las mujeres de Pozuelo con edades comprendidas entre los 50 y 69 años, tienen cita con la mamografía. Una prueba que este año realizaron Cristina y Carla, Técnicos en Radiología, a una media de 60 mujeres por día en la unidad móvil, ubicada delante del Centro de Salud San Juan de la Cruz, desde el pasado 22 de febrero.

Las interesadas reciben en su casa una carta de citación con la fecha y la hora para la mamografía. En 20 días reciben una carta con el diagnóstico mientras que las pruebas llegan al médico de cabecera. En caso de que el doctor detecte algún nódulo sospechoso, se solicitarán pruebas más específicas.


“Según las zonas en las que estemos, acuden más o menos mujeres, puesto que, muchas se hacen la mamografía a través de otros cauces. En Pozuelo, este año estamos teniendo una mayor participación. Poco a poco, las mujeres están más concienciadas del problema y dan más importancia al diagnóstico precoz, tal vez porque algunas de ellas tienen algún caso de cáncer de mama cerca. En algunos casos, acuden algo asustadas, pero la prueba es muy sencilla y rápida. Y el beneficio que se obtiene es muy superior a las molestias” comentan Cristina y Carla (Técnicos en Radiología).

La AECC recuerda que todos los años se detectan en España 22.000 nuevos casos de cáncer de mama. Por eso, según los datos de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, sólo el año pasado 155.432 mujeres se sometieron a la prueba dentro del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama y en 2009 lo hicieron 132.527. Pero casi el mismo número, cerca de 150.000 declinaron hacerse la prueba que puede salvarles la vida. Entre los motivos por los que las mujeres no pasan por el mamógrafo figura siempre uno fundamental, según los oncólogos: el miedo a un diagnóstico poco favorable. Lo normal es que las mujeres no afronten el problema hasta que aparezcan los síntomas.