Esta técnica convierte a los coches en sensores en tiempo real, lo que permite obtener referencias precisas y actualizadas de las vías o del comportamiento de los usuarios. Las ruedas del vehículo envían información del estado del firme, identificando las áreas que precisan mantenimiento y los ADAS ofrecen valiosos datos sobre las zonas conflictivas que necesitan atención especial.
De esta forma, la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras integra tecnologías avanzadas que revolucionarán la manera en que se monitoriza la red madrileña de más de 2.500 kilómetros y se posiciona a la vanguardia en esta materia en Europa.
La Comunidad de Madrid emplea desde hace meses técnicas en estudios específicos de eficacia de los radares o de los semáforos que se cierran al superarse una determinada velocidad. Un análisis en una de las travesías de la región concluyó que, cruzando la comunicación que remiten los automóviles con documentación de accidentes y el equipamiento de las calzadas es posible detectar tramos potencialmente peligrosos que no estaban registrados.
El éxito de las pruebas ha permitido constatar que el uso de estos apuntes precisos y en tiempo real optimiza las intervenciones, reduce los plazos de respuesta ante incidencias y aumenta la seguridad vial.