La metodología implica el uso de un radiotrazador, específicamente el Tecnecio 99, que permite marcar lesiones pulmonares sólidas pequeñas, profundas o aquellas que no son palpables antes del procedimiento quirúrgico. Durante la operación, se utiliza una gammacámara para localizar estas lesiones, lo que facilita su resección sin requerir palpación manual.
Comúnmente, esta técnica se lleva a cabo fuera del quirófano, donde el paciente permanece despierto y se le aplica anestesia local. A través de una punción percutánea, se necesita acceder a la pleura utilizando una aguja, lo que puede acarrear complicaciones posteriores como sangrado o neumotórax.
En contraste, la broncoscopia asistida por navegación electromagnética se lleva a cabo con el paciente en un estado de sueño profundo gracias a la anestesia general. Este procedimiento es comúnmente empleado para identificar lesiones pulmonares pequeñas que son complicadas de detectar durante una cirugía toracoscópica. Generalmente, se utilizan colorantes que tiñen la superficie pleural, facilitando así su identificación en el transcurso de la cirugía.
La combinación de ambas técnicas ofrece la ventaja de colocar el radiotrazador con una mayor precisión, mientras el paciente se encuentra dormido y en el quirófano donde se llevará a cabo la cirugía, tras la localización del nódulo pulmonar. Así lo señala Carlos Alfredo Fraile Olivero, cirujano torácico del Clínico San Carlos, quien también menciona que "el Hospital Clínico San Carlos ha sido un centro pionero a nivel mundial en utilizar este procedimiento".
Se ha logrado una tasa de éxito del 84% en la identificación de lesiones pulmonares.
Según Luisa León, especialista del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico San Carlos, “el radiomarcaje de lesiones pulmonares utilizando el navegador electromagnético es una técnica sencilla, fiable y reproducible que facilita la localización intraoperatoria de las lesiones pulmonares en un mismo acto quirúrgico”.
Además, León menciona que “la monitorización simultánea con una gammacámara portátil en la administración del radiotrazador nos permite el control por imagen de posibles efusiones pleurales, entre otras posibles complicaciones”.
“Una coordinación especial entre todos los servicios involucrados es necesaria para este procedimiento, así como la colaboración de todo el personal que participa en él. Esto se debe a que se requieren conocimientos específicos y un entrenamiento previo”, concluye Elena Fernández.
Según la cirujana torácica del Hospital Clínico, Elena Fernández, “la combinación de estas dos técnicas en una nos ha permitido la localización de nódulos pulmonares de pequeño tamaño mediante un abordaje mínimamente invasivo y con una alta tasa de éxito, cercana al 85%, en los 17 casos que hemos realizado hasta la fecha”.