Dice la concejal de Cultura, Isabel González, que gracias a Carlos Berlanga la vida es más divertida y mejor. José Luis, hermano del artista, que su obra es reflejo de una personalidad repleta de recovecos. Y la alcaldesa, Paloma Adrados, que la Movida Madrileña cambió una España gris por otra en tecnicolor.
Pablo Sycet, el comisario de Imágenes, palabras,... y música!; el Ángel de la Guarda de Carlos Berlanga, ha construido un atractivo universo en torno a la figura del hombre que descansa para siempre en Pozuelo. La muestra es una clara declaración de intenciones. Un tributo. Un homenaje. Una deuda pendiente. Porque a Carlos le hubiera gustado que su talento como pintor e ilustrador se presentara en igualdad de condiciones con el del compositor de canciones que marcaron una época de transición en nuestro país y que perviven en nuestra memoria colectiva. A un paso de convertirse en eternas. Pero se fue antes de tiempo dejando un legado maravilloso a simple vista que va del blanco al negro pasando por el rojo, el amarillo y el naranja.
Parte de esa obra multidisciplinar puede disfrutarse hasta el 23 de noviembre en el Espacio Cultural MIRA. Pinturas, dibujos que se exponen por primera vez, obra seriada, dos cuadros cedidos por Pedro Almodóvar, carteles de película, piezas de diseño gráfico, originales de letras de sus canciones y varios retratos. Y al fondo Imágenes, Palabras y Música tras la foto de Javier G. Porto convertida casi en biombo -más alegre que el de hospital que se paseaba por el escenario de A quien le importa-. Desde ella Carlos nos invita a descubrir todos sus mundos. Como al principio. Pero sin clavarnos sus ojazos.
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