Y es que, después de su rebeldía con el Tottenham, el ya ex jugador de los Spurs debe ponerse en forma. Llevaba mucho tiempo entrenando por su cuenta y sin jugar un partido de fútbol en vivo, algo que sí hizo el pasado martes durante más de media hora después de 114 días exactos desde que disputara su último encuentro a las órdenes de Villas Boas.
El jugador va a seguir un plan específico realizando ejercicios encaminados a trabajar la resistencia de base, cualidad que generalmente es la que más hincapié recibe en las pretemporadas de los equipos. Al haber entrenado en solitario y ser un portento físico, no parece que le vaya a costar demasiado coger la forma e incluso los pronósticos deportivos de bet365 apuntan a que podría entrar en la convocatoria del próximo partido ante el Villarreal.
En definitiva, parece que ya ha llegado la hora de Bale. La presión sobre el jugador galés va a ser tremenda. El flamante fichaje de este verano del Real Madrid parece convencido del reto al que se enfrenta y a pesar de hándicap de no haber hecho una pretemporada completa no tiene ninguna duda de que conseguirá maravillar al Bernabéu a las primeras de cambio. Lo cierto es que sus cualidades son muy del agrado del público madridista. Tiene potencia, gol, compromiso y, además, ha demostrado que su sueño siempre ha sido recalar en el conjunto blanco. Con estos ingredientes, todo invita a pensar que las bandas madridistas tienen dueño por mucho tiempo. La izquierda para Cristiano y la derecha para Bale. Temible, cuanto menos.
Guillermo Fernández
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