Si notas que tu piel en verano se vuelve más sensible, grasa o con imperfecciones, no es casualidad: probablemente tu microbioma —las bacterias buenas que la protegen— está desajustado.
Hablamos de rizos con forma y movimiento, de acabados mate que no parecen forzados, y de cabellos revueltos con intención. Pero lograr eso no es tan simple como dejar secar el pelo al aire y rezar. Necesitas aliados.