Dependerá, por supuesto de sus años y de su desarrollo y madurez cognitivas, pero, sobre todo,de sus circunstancias personales. Así que, si a edades muy tempranas, advierte la psicóloga Pilar Conde, notamos a nuestros hijos muy inquietos en relación a este tema, es posible (sólo es posible) que algo no vaya bien. Si niños muy pequeños empiezan a hacer preguntas sobre sexo debemos averiguar de donde procede esta preocupación. Según la directora técnica de Clínicas Origen podría indicar que ven contenido erótico, que escuchan hablar sobre el tema a niños más mayores, e incluso podría tratarse de un indicativo de abusos sexuales.
En este punto, encontramos una de las claves de la educación sexual: generar desde que son muy niños un clima que favorezca el hablar del sexo como una cuestión más a tratar e ir ofreciéndoles la información que nos vayan demandando. Se trata de responder a sus dudas y ayudarlos a comprender, pero sólo sobre las cuestiones y contenidos que nos plantean. Decirles al finalizar que si tienen nuevas dudas que nos las pregunten. De esta manera iremos cubriendo juntos las etapas.
La actitud debe ser abierta y cercana y, a ser posible, las conversaciones sobre sexo deben realizarse en el contexto familiar, como otros temas. Para que esto suceda, es necesario que ambos progenitores muestren una actitud abierta, ya que si no el hijo/a se inclinará por uno u otro porafinidad o, simplemente, porque noten que sus respuestas son más francas y menos evasivas.
El tema de roles, aclara la psicóloga, no hay ecuación perfecta, dependerá de las relaciones que haya establecidas y de cómo se reaccione ante dichas preguntas. Lo importante es que el sexo como tema de conversación se integre en el entorno familiar como algo natural y normalizado, de manera, que podamos ir resolviendo dudas a medida que crecen. Eso sí, los oyentes deberán ser adultos, otros niños o jovenes, pero siempre de más edad en relación a quien demanda el tema.
La comunicación sobre temas sexuales entre padres e hijos no debe ser, pues, esa eterna conversación pendiente, que no llegaba a producirse por vergüenza de unos y otros, sino un diálogo fluido en el que se aborden no sólo las cuestiones puramente físicas. Desde Origen, Pilar Conde nos recuerda algunos aspectos psicológicos y sociales que no deben quedar en el tintero y que debemos explicar a nuestros hijos a medida que van creciendo:
- Que significa el sexo en las relaciones, tanto en las románticas como las puramente sexuales.
- Entender que en el sexo siempre tiene que haber consentimiento y respeto.
- Deben saber que el porno no refleja las relaciones sexuales reales, por lo que no hay que ajustar las expectativas respecto a lo que va a suceder en las relaciones.
- Conocer que cada persona somos diferentes en el sexo, por lo que es importante comunicarse desde el principio con nuestras parejas sexuales.
- Hay que expresar lo que nos gustaría, y escucha lo que le gustaría a la otra persona. Y en función negociar hasta donde están dispuestas las dos partes.
Si no hemos hablado de sexo con los hijos desde que ellos mismos comienzan a preguntar, va a ser muy difícil que en plena adolescencia se quieran sentar a abordar estos o cualquier asunto relativo al sexo con nosotros, advierten desde Origen. Es una cuestión relevante detrás la que pueden encontrarse muchos problemas emocionales y de pareja, así como de riesgos de embarazo no deseado y enfermedades de transmisión sexual. Algunos jóvenes presentan problemas de relación por desajustes en su manera de percibir el sexo.
Por supuesto, no se trata de la generalidad, pero debemos ayudarles a que se enfrenten a las relaciones desde la protección y el respeto.Si no quieren hablar con los padres, finaliza Conde, hay que darles opciones: planificación familiar, charlas, amigos más mayores u otros familiares.