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Los nacimientos en España, en niveles no vistos desde hace varios siglos

miércoles 14 de julio de 2021, 14:38h
Los nacimientos en España, en niveles no vistos desde hace varios siglos
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El Observatorio Demográfico CEU subraya la necesidad de que la sociedad tome conciencia del problema demográfico. Una tasa de natalidad insuficiente y a la baja nos aboca a una sociedad muy envejecida, con pérdida continua de población española.

La evolución demográfica de España resulta cada vez más preocupante, con un grave problema de falta de nacimientos y envejecimiento social que está deteriorando progresivamente su salud demográfica. Para concienciar a la sociedad de las causas y las consecuencias de la baja natalidad, el Observatorio Demográfico CEU, adscrito a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, quiere dar visibilidad a la evolución demográfica, con la búsqueda de propuestas y cambios sociales y legales que faciliten un aumento de la tasa de fecundidad.

Liderado por el político, economista y demógrafo Joaquín Leguina Herrán, en coordinación con el ingeniero, consultor y analista demográfico Alejandro Macarrón Larumbe, el Observatorio aborda un asunto de enorme importancia en sensibilización de la opinión pública y en investigación científica, y en el que, desde el CEU, se pretende realizar una aportación de calidad a la sociedad española. Desde el Observatorio explican que se ha prestado escasa atención a la demografía en los ambientes académicos españoles, y que falta conocimiento en la sociedad española, en general, sobre este tema.

Para ello, desde el Observatorio se está llevando a cabo la elaboración de informes sobre la evolución general de la demografía española, y monográficos sobre temas concretos de amplio calado. Según estudios publicados por el Observatorio, como el informe 'Balance provisional del trastorno demográfico de España en 2020', el año pasado se habría alcanzado un nuevo mínimo histórico de varios siglos en el número de nacimientos en España, lo cual fue corroborado con posterioridad con los últimos datos demográficos del INE.

Los datos son muy preocupantes. El índice sintético de fecundidad se situó en 2020 por debajo de 1,20 hijos por mujer, más de un 40% inferior al nivel de reemplazo. En 1858 (primer año en el que hay estadísticas modernas de nacimientos en España) se estima que nacieron unos 546 mil niños, cuando la población de nuestro país era de solo unos 15,5 millones de habitantes; mientras que las cifras actuales indican que los nacimientos rozaron los 340 mil en 2020 para una población de 47,35 millones de personas. Todas las previsiones apuntan a una disminución del número medio de personas por hogar. De hecho, un 30% de los menores de 25 años en España viven sin ningún hermano, y solo el 20% de los menores de 25 años conviven con dos hermanos o más.


Desde el Observatorio señalan que la solución pasa por propiciar un gran cambio cultural pro-natalidad y pro-familia de los valores sociales mayoritarios, en relación con estas cuestiones. Si la gran mayoría de la gente no quiere tener más hijos, formar familias estables para concebirlos y criarlos, y todo ello a edades más tempranas que en las últimas dos o tres décadas, por más incentivos económicos que se den a la natalidad -en todo caso deseables, y muy insuficientes actualmente en España-, poco se conseguirá.


Tardía incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo

Al necesario freno en la caída en las cifras de natalidad no ayuda, ciertamente, la tardía incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo. El informe 'Demografía y mercado laboral en España' recoge un notable crecimiento en el envejecimiento de la fuerza laboral española, principalmente debido a la caída de los nacimientos experimentada desde 1976, en paralelo al envejecimiento general de la población española.

En España se ha incrementado el retraso en la edad de incorporación al mercado de trabajo de los jóvenes, que tiene, además, muy elevadas tasas de paro. En octubre de 2020, la tasa de paro entre los jóvenes menores de 25 años (de ambos sexos) era del 40,4%, la más alta de la zona euro (18,7%) y de la UE a 27 (17,5%), y mucho mayor que en Alemania (6%) o Japón (5%).

Asimismo, resulta imprescindible emprender políticas que mejoren la situación de los jóvenes, tanto en el mercado laboral -reduciendo la precariedad y contribuyendo al alza de los salarios, para lo cual juega un papel central el sistema educativo, de cuya calidad depende en buena medida el éxito profesional- como en el acceso a la vivienda. Un desafío estratégico de enorme importancia.
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