La mayoría de los asalariados van a dejar de trabajar en cuanto puedan, llega la deseada jubilación para muchos y temida para otros. Hay que tener en cuenta que la jubilación no es un regalo, sino una compensación justa por el esfuerzo realizado y los años cotizados. No obstante, la perspectiva de dejar la vida laboral no es igual para todo el mundo, de hecho, según datos que maneja TK Home Solutions, siete de cada diez trabajadores mayores de 60 años sienten ansiedad frente a la jubilación, además se sabe que la ansiedad es mayor en los hombres que en las mujeres, más acostumbradas a dedicar su tiempo a la familia y al hogar que a los amigos; que lo llevan peor los profesionales que han podido elegir su trabajo y que tienen un mayor nivel educativo, y que los que más ansían jubilarse son aquellos que desempeñan duras tareas físicas, rutinarias o aburridas.
No se trata de acostarse un día activo y levantarse pasivo a la mañana siguiente. La jubilación es un proceso que se ve venir, se asume, se sufre o se disfruta. Estas son las fases más normales según los expertos de TK Home Solutions:
Fase previa: unos años o meses antes, la persona va tomando conciencia de lo que va a ocurrir; anticipa el momento y, para bien o para mal, se va haciendo a la idea e imaginando a qué dedicará su tiempo libre.
Llegada de la jubilación: salvo en aquellos casos de jubilación forzosa, hay quien vive lo que se llama una etapa de «luna de miel»: se sienten como de vacaciones, encantados con hacer todo lo que querían haber hecho y no han podido.
Periodo de desencanto: pasada esta fase, empiezan a dejar alguna actividad, se relajan, están algo decepcionados... Lo que antes gustaba, ahora comienza a aburrir.
Fase de reorientación: hay unas expectativas más realistas sobre la vida de jubilado, con la búsqueda de nuevos roles de autorrealización.
Aceptación: llega la estabilidad, se afrontan los cambios producidos en la vida. La mayoría de los jubilados se sienten satisfechos al cabo de un par de años, ya no echan de menos el trabajo y asumen su vida si más.
La personalidad influye. Quienes no tienen dificultad para afrontar los problemas a lo largo de su vida tampoco los tendrán para asumir que la jubilación es una fase más a la que deben adaptarse lo mejor posible para disfrutar de ella plenamente. Pero hay factores de riesgo que conducen a la insatisfacción, como pueden ser los problemas de salud, las dificultades económicas, la falta de pareja o de amigos, la ausencia de proyectos personales y aficiones, el bajo nivel educativo... Para disfrutar de la jubilación, los expertos recuerdan que hay que prepararse y cómo hacerlo:
1. Reducir gastos
Tener la previsión de haber hecho un plan de pensiones a tiempo o haber ahorrado sería bueno para evitar problemas financieros. Además, es necesario estudiar cómo reducir gastos: eliminar suscripciones, quitarse de cuotas...
2. Preparar la casa
La jubilación no implica vejez, pero hay que pensar en sustituir una casa con escaleras o instalar medidas de accesibilidad. Algunas parejas compran una casa ideal cuando sus hijos son pequeños, pero tal vez en esta etapa de sus vidas sea el momento de mudarse a un lugar más céntrico, con mejor transporte público, más pequeño, con menor cuota de comunidad y menos consumo de energía.
3. Planificar actividades
Salir a caminar, practicar deporte, inscribirse en clubes y centros de enseñanza, acudir a clases de manualidades, aprender nuevas destrezas, escribir un libro... Es el momento de hacer todo lo que a uno le apetezca.
4. No arrastrar a la pareja hacia los propios deseos
Imponer las preferencias puede incrementar los conflictos; por ejemplo, puede que uno quiera viajar y el otro no. Para evitarlo, es muy importante negociar y respetar el espacio personal de cada uno.
5. Decir no cuando sea necesario
Está bien prestar apoyo familiar, pero no dedicar la vida a resolver los problemas de los demás. Después de muchos años trabajando, sujetos a jefes, horarios y rutinas, es hora de establecer una agenda propia en la que no haya más obligaciones que las que uno desee contraer.
6. Cuidar las relaciones sociales
El trabajo suele ser un elemento de socialización importante. Cuando esto se pierde, es importante cuidar las relaciones familiares y de amigos, apuntarse a actividades para conocer gente y obligarse a planificar cenas, salidas, etc.
7. Tener un propósito
Se trata de evitar el vacío mediante actividades gratificantes que nos hagan sentirnos útiles y activos, como el voluntariado o el activismo social.
8. Llevar una vida saludable y practicar el autocuidado
Las personas que sufren efectos psicológicos negativos por la jubilación son una minoría; prácticamente todo el mundo vive esta etapa con satisfacción. Hay que hacer todo lo posible para disfrutarla con buena salud física y mental.