El acné es una enfermedad cutánea que afecta a los folículos pilosebáceos (y una de las mayores preocupaciones tanto de hombres como de mujeres). Las glándulas sebáceas, situadas en la raíz del cabello, están bloqueadas por sebo secretado en cantidades demasiado grandes, mezclado con células muertas mal evacuadas. Esto provoca la aparición de numerosas imperfecciones (brillos por doquier, puntos negros, espinillas, etc.) que, lamentablemente, pueden verse incrementadas por desmaquillar incorrectamente la piel.
La farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y especialista en dermofarmacia y nutrición, analiza los buenos hábitos a adoptar al desmaquillar las pieles grasas con tendencia al acné.
Acné: ¿con qué frecuencia debes desmaquillar tu piel?
“Desmaquillarse es obligatorio independientemente del tiempo y el nivel de cansancio. Si no se eliminan las impurezas acumuladas a lo largo del día, se obstruirán los poros y, por tanto, aún más imperfecciones. Además, como la piel se regenera por la noche, es necesario que esté perfectamente limpia para que la renovación celular se produzca en las mejores condiciones posibles. Si sufres de un acné leve, y no te limpias bien la piel, este también podría empeorar. Lo que se inició como pequeños comedones podría pasar a ser un acné más severo con granos más dolorosos por no tener la piel bien limpia antes de irte a dormir”, desvela la farmacéutica.
“Incluso si no se ha aplicado maquillaje en el rostro, este ritual conviene hacerlo todas las noches, porque desmaquillarse también ayuda a eliminar la suciedad del ambiente acumulada y las micropartículas de contaminación que se depositan en la superficie de la piel durante el día y el protector solar, que como ya sabemos, debemos aplicarnos a diario. Además del rostro, no hay que olvidarse de desmaquillar el cuello. Y, en caso de padecer acné severo, podemos limpiar hasta el escote y la parte superior de la espalda. Por la mañana, al igual que por la noche, también es importante limpiar correctamente la piel. El motivo no es otro que, mientras dormimos, la piel segrega sebo, que es importante eliminar al despertar para no obstruir los poros”, añade la experta.
Cuando se tiene acné hay que maximizar la delicadeza y suavidad
“La piel propensa al acné necesita suavidad. En otras palabras: no hay que frotarla, ni friccionarla para limpiarla, ya que es una patología inflamatoria y no queremos empeorar la inflamación con un rascado fuerte. Así que, para no empeorar la situación, el desmaquillado siempre debe realizarse con la máxima delicadeza y con limpiadores faciales específicos que sean respetuosos con la piel. ¿Las mejores herramientas? Limpiar con la yema de los dedos (si la textura lo permite).
¿Qué producto desmaquillante para pieles con tendencia acneica recomienda la farmacéutica?
“La elección del producto desmaquillante es, por supuesto, fundamental y no debe hacerse al azar. El primer imperativo es optar por un producto no comedogénico que evite provocar la obstrucción de los poros y el desarrollo de comedones. Esta regla también se aplica a cada etapa de la rutina de belleza, ya sea para tratamientos desmaquillantes, cremas hidratantes o productos de maquillaje. A la hora de elegir entre las líneas dedicadas a las pieles grasas y con tendencia acneica, normalmente nos aseguramos de elegir un producto suave y no oclusivo, que permita una evacuación óptima del sebo por parte de las glándulas sebáceas. Los tratamientos antiacné contienen activos específicos, como el ácido salicílico, que tendrán la ventaja de regular el sebo y matificar la piel.
“Asimismo, la textura es igual de importante a la hora de escoger un limpiador. A muchas personas que tienen la piel propensa al acné les gustan las aguas micelares, porque desmaquillan rápidamente. Sin embargo, no es la textura más adecuada si se padece de acné inflamatorio, por ejemplo. El motivo es que con el disco de algodón debemos frotar la piel y se corre el riesgo de reactivar la inflamación. Por ello, siempre recomiendo limpiadores faciales en formato gel o mousse bajo en tensioactivos. De esta forma nos aseguramos de que limpien en profundidad, pero sin resecar la piel, además de ser formatos que hay que trabajar con la yema de los dedos y luego aclarar con agua tibia”.
La doble limpieza será un must en pieles grasas con tendencia al acné
“Igual que otras pieles más sanas, la piel con tendencia acneica requiere una doble limpieza. Poros dilatados, puntos negros, espinillas… Todo esto requiere de un extra de limpieza para asegurarnos que los poros quedan totalmente limpios. De hecho, con el primer paso (limpiador con base de aceite) nos aseguramos de derretir muy bien todo el maquillaje, la crema solar, el sudor y las impurezas del día, mientras que con el segundo paso (limpiador de base acuosa) nos aseguramos de limpiar bien los restos que hayan quedado del primer paso. Por tanto, la doble limpieza permite, por un lado, eliminar las últimas pequeñas impurezas. Una vez tengamos la piel bien limpia y revitalizada, está lista para recibir los cuidados posteriores. Es muy importante que el limpiador del primer paso contenga aceites no comedogénicos y retirarlo muy bien con el segundo paso para que no deje residuo”.
La hidratación es un paso FUNDAMENTAL para terminar la rutina (y más si se tiene acné)
“Es un error pensar que la piel grasa propensa al acné no debe hidratarse. Lo normal es que no necesite mucha hidratación, pero a veces, ciertos tratamientos antiacné pueden resecarla. Lo ideal después de aplicar tu tratamiento para el acné por la noche sería aplicar una crema hidratante ligera y no comedogénica. Por la mañana, se recomienda utilizar una emulsión hidratante con activos matificantes y seborreguladores, como el zinc o el árbol de té, que ayudan a suavizar la tez garantizando una mejor fijación del maquillaje durante todo el día. Justo antes de la crema, puede ser interesante aplicar un sérum exfoliante, por ejemplo, con una fórmula a base de ácido salicílico para limpiar los poros y reducir la acumulación de sebo o algún producto con activos como la niacinamida, antiinflamatoria y seborreguladora”, finaliza la farmacéutica.
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