La Comunidad de Madrid ha dado un paso significativo en la mejora de la seguridad farmacéutica al añadir 23 nuevas oficinas de farmacia a su red centinela. Esta iniciativa, que se implementó en octubre, tiene como objetivo la detección, notificación y prevención de posibles problemas relacionados con la seguridad de los medicamentos. Para llevar a cabo esta labor, el Servicio Madrileño de Salud ha capacitado a un total de 68 profesionales del sector.
Expansión de la red centinela
Con esta reciente incorporación, el número total de farmacias dentro de este grupo asciende a 80. Las incidencias reportadas son analizadas por la Consejería de Sanidad, que se encarga de implementar las medidas necesarias para prevenir que tales situaciones se repitan en las aproximadamente 3.000 farmacias que operan en toda la Comunidad.
Un aspecto fundamental del sistema es su distribución territorial, adaptada a las características y necesidades de los ciudadanos a los que sirven. Este enfoque permite un control de calidad más efectivo, considerando factores como la edad, actividad laboral y perfil profesional de los usuarios.
Procedimientos estandarizados y vigilancia
Además, la Administración autonómica ha establecido un procedimiento uniforme para recopilar y evaluar datos sobre la dispensación informada y la identificación de errores. Esto incluye la evaluación de sospechas sobre reacciones adversas a medicamentos en la población.
La red centinela también juega un papel crucial en la vigilancia de medicamentos y productos sanitarios. Su función es asegurar no solo la disponibilidad y equidad en la distribución, sino también mantener un control real sobre el stock para evitar desabastecimientos. En caso de que esto ocurra, las oficinas farmacéuticas informan a los ciudadanos sobre cómo acceder a tratamientos alternativos a través de la Sección de Suministro de Medicamentos Extranjeros, ubicada en el centro de Madrid.