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Miguel del Arco en Pozuelo

martes 30 de abril de 2013, 09:08h

Es uno de los grandes de la escena española. Tiene la capacidad de convertir en éxito todo lo que escribe, dirige o adapta. Con la que está cayendo y el IVA por las nubes la suya es una tarea complicada pero insiste porque está convencido de que la cultura no surge por generación espontánea.

Que gozada compartir un rato con el director teatral del momento. Miguel del Arco aceptaba la invitación de los responsables de Cultura del Ayuntamiento y acudía a las tablas del Mira a presentar Pozuelo en Escena, una forma diferente de acercar el teatro al público.

El ciclo arranca el próximo viernes 10 de mayo con su creación La función por hacer, un montaje basado en la obra de Luigi Pirandello Seis personajes en busca de autor que ha reescrito junto a Aitor Tejada, despojándolo de preceptos morales, en el que dirige a seis magníficos actores: Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto y Cristobal Suárez. Galardonada con siete premios MAX de las Artes Escénicas y tres de la Unión de Actores y seleccionada por Babelia, suplemento cultural de El País, como uno de los mejores espectáculos de los últimos veinte años, abre la original propuesta municipal para difuminar teatro y realidad rompiendo la cuarta pared. Después se traslada al Teatro de La Abadía hasta el 9 de junio para continuar una gira que ha superado las doscientas representaciones. Miguel del Arco está ilusionado con su parada en el Mira porque, sobre la enorme calidad técnica de nuestro gran espacio escénico, prevalece la humana. "Es un teatro que recuerdo siempre porque el grupo humano que atiende la función es fabuloso, se nota que miman y aman su trabajo. También desde la dirección se hace una labor muy viva a la hora de buscar nuevas propuestas".

- Como Pozuelo en Escena ¿Necesario también el pequeño formato?

Imprescindible. Dentro de la gran diversidad que debe tener el teatro hay que dar cabida a las grandes producciones y a las pequeñas. Es fantástico que se pueda escenificar Luces de Bohemia en el Centro Dramático Nacional con sesenta actores pero también iniciativas como la que va a nacer en Pozuelo y por la que nosotros apostamos hace cuatro años. Es otra manera de ganar público. Cuando el espectador se sienta muy cerca del actor y vive la obra desde una posición a la que no está acostumbrado, se acrecienta su atención por la expectativa o el anhelo de lo que va a pasar. Esto hace que el público esté más activo y que la experiencia teatral sea mucho más viva que cuando acudes a presenciar sólo una obra de teatro. Yo creo que es obligación de las administraciones públicas educar para crear audiencias, sobre todo a niños y jóvenes. En este sentido Pozuelo en Escena es un acierto. La cultura no viene por generación espontánea hay que ser muy activo y aprovechar herramientas como las redes sociales para fomentar la participación.

Creador multipremiado

Dice Miguel del Arco que el objetivo de La función por hacer, una obra en la que vida y teatro confluyen y se confunden a escasos centímetros del espectador, es provocar un cambio, convertir el teatro en algo imprescindible. Fundamental ahora que, asegura, está atravesando uno de sus peores momentos. Sin pelos en la lengua el director afirma que el 21% de IVA está hundiendo al sector en la miseria. Y que hay que ser muy cuidadoso para no dejarse atrapar por la precariedad. En Kamikaze Producciones, la productora que comparte con Aitor Tejada, lo son y en los últimos años han parido grandes montajes alabados por crítica y público. Algunos como Veraneantes -cinco MAX y dos premios de la Unión de Actores- o De Ratones y hombres, finalista a varios MAX 2013 (entre ellos Mejor Espectáculo de Teatro, Mejor Autoría Teatral, Mejor Adaptación Teatral, Mejor Escenografía y Mejor Actor Protagonista -Fernando Cayo y Roberto Álamo-) han pasado por el Mira Teatro de Pozuelo y otros, como Juicio a una Zorra por el que Carmen Machi podría recoger una manzana con antifaz a Mejor Actriz Protagonista el próximo 13 de mayo, quizás lo hagan en el futuro. Y ante tanto reconocimiento, la pregunta es obligada...

- Acabas de recibir el Valle-Inclán por De Ratones y Hombres, un premio más para añadir a tu gran palmarés y los que vendrán... ¿Qué se siente siendo un director multipremiado?

Los premios siempre son fantásticos porque, por una parte al ser otorgados por la profesión refrendan el trabajo que has hecho y sabes que ha gustado y por otra parte ayudan a vender. No hay que olvidar que esto es una actividad comercial y los galardones te brindan una proyección mediática que nos permiten dar a conocer nuestros montajes. Y si están remunerados, como es el caso del Valle-Inclán, mucho mejor porque además nos ayudan a seguir creando.

El talento y Javert

Y que manera de crear la suya. Veraneantes, a partir de Veraneantes de Gorki, es un retrato fresco y a veces grotesco de una sociedad extrapolable. De Ratones y Hombres, una historia que estremece con un final terrible, sobre hombres y mujeres que se mueven en el vacilante límite entre la dignidad del ser humano y la animalización -entre la razón y el instinto- con brillantes interpretaciones. Y Deseo, todavía en el teatro Alcázar aunque por tiempo limitado, un excitante juego con el espectador, un viaje emocional y sexual con fin de semana en el campo de fondo. Y cuatro actores en estado de gracia; Enma Suárez, Belén López, Luis Merlo y Gonzalo de Castro, que giran en la rueda de la vida y en la escénica. Y esa es otra...

- Los actores y actrices que han trabajado a tus órdenes hablan del buen ambiente que se respira en los ensayos, de un trabajo que fluye con rigor pero también con placer. Y esto ¿Cómo se consigue?

Yo siempre digo que si tengo algún talento como director es saber rodearme de buenos actores. También he tenido suerte porque siempre que sueño con un reparto los actores me dicen que sí. Es muy importante que ellos sepan defender la obra porque por muchas luces, escenografía o recursos que utilices si ellos no son buenos la obra tampoco lo va a ser. Además el teatro es una actividad colectiva y como tal hay que abordarla porque de lo contrario no tendría sentido.

Seguí hablando de teatro con el director unos minutos, ajena al desmontaje de la maquinaria utilizada en la presentación de Pozuelo en Escena y a los jovenzuelos que acaban de incorporarse a la escena. Le preguntaba a Miguel si se había planteado alguna vez hacer teatro para niños y me decía que para ellos hay mucha y variada oferta, mejor para adolescentes que es escasa. "A ellos hay que educarles en la palabra, en el verso" (...) De repente oímos cantar a un chico.

Miguel se dio cuenta enseguida de que se trataba de uno de los protagonistas de Los Miserables. Pero no uno cualquiera. Era Javert. Su alter ego hace veinte años en el teatro Nuevo Apolo. Ese que le reportó el premio Locos del Teatro al Mejor Actor y una nominación de la Unión de Actores como Actor Revelación del año. El de las Olimpiadas y la Expo. El musical, producido por Cameron Mackintosh, Plácido Domingo y José Tamayo con dirección de David White, se estrenó en septiembre de 1992 y permaneció dos años en cartel colgando a diario el cartel de No hay entradas. Quien entonaba es alumno del colegio Monte Tabor. Ahora podrá enseñar a sus amigos la foto que se hizo con Miguel del Arco. Y contarles que el ahora gran director teatral antes fue Javert.



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