En la salida situada en la plaza del Padre Vallet brillaba el sol y bajo el toldo dorsales, camisetas, gorras y manzanas compartían mesa. Para caminar por la ciudad, disfrutar del paisaje y reponer fuerzas en la meta. Subía la temperatura y los latidos cuando el reparto de botellines de agua a las puertas de la piscina municipal. Y todavía había que regresar al polideportivo El Pradillo para descubrir a los ganadores en las diferentes categorías; sanos, recuperados, infantil, adulto...
Agentes de la policía municipal y voluntarios de protección civil se han encargado de garantizar la seguridad de los caminantes durante todo el recorrido. Salvo una caída sin importancia de una vecina en el parque de las Minas, que en pocos minutos ha sido atendida por los miembros del SEAPA, todo ha discurrido con absoluta normalidad y en un ambiente excelente.
Unas doscientas personas han tomado la salida en la marcha “Ten a tu corazón contento” organizada por el Ayuntamiento para fomentar la actividad física como hábito saludable. La alcaldesa, Paloma Adrados, el concejal de Sanidad, Félix Alba y la concejal de Organización Administrativa y Relaciones Institucionales, Paloma Lorenzo, han participado en la marcha demostrando su buena forma física. En la meta han entregado las medallas a los ganadores. Y como lo importante es participar todos los andarines han obtenido un diploma que acredita su caminata de comienzos de junio.
La historia de Paula
Tiene 9 años y nació con una cardiopatía; transposición de grandes arterias. A Paula Villa la operaron con una semana de vida y acude a revisiones periódicas. Vive en Pozuelo, estudia en el CEIP Príncipes de Asturias y le encanta montar en bicicleta, patinar y nadar en verano.
Su relación con la marcha "Ten a tu corazón contento" comenzó hace unos años cuando en el hospital conocieron a la Fundación Menudos Corazones y sus responsables les informaron sobre la marcha saludable que organizaba el Ayuntamiento de Pozuelo. Aunque era muy pequeña tomó la salida y completó el recorrido. Desde entonces, cada año, nada más ver los carteles, le dice a Carmen Gómez: venga mamá, vamos a apuntarnos. Luego camina a buen ritmo y se va a casa tan contenta como su corazón. Con su diploma y su medalla.
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