El Pozuelo de San Sebastián

Los miembros de la Hermandad del Glorioso San Sebastián de Pozuelo dicen que no extraño engalanar al mártir con laurel porque es símbolo de victoria e inmortalidad. También que cocinar con laurel del Santo es una tradición que debería mantenerse como comer una de las naranjas que lo adornan para tener un buen año.

Aunque se desconoce exactamente la relación que pueden tener estos cítricos con la tradición en la Biblia el color naranja se identifica con la alabanza, el fuego y el Espíritu Santo. La hermandad de Pozuelo define a San Sebastián como un hombre valiente que defendió con coraje -fuego- sus ideas cristianas recriminando la conducta de los romanos para con sus hermanos en la fe y que contó con el amporo del Espíritu Santo para llevar a cabo su misión.

De las caridades, panes en forma de lazo elaborados con anises, los viejos del lugar aseguran que eran sufragadas por la Hermandad del Glorioso San Sebastián para que en la fiesta del Santo Patrón todos tuvieran un bocado de pan que llevarse a la boca. De ahí la tradición de regalar los panecillos a los amigos y vecinos.

Y el legado. La música sin ir más lejos. Ignacio y Alberto de Castro son biznietos de Pedro Flores (Barrenas), uno de los músicos que en el siglo XX colaboraban desinteresadamente en la festividad de Pozuelo junto a sus hermanos Plácido (Kalili) y Ángel (Chiripa). Ahora en el siglo XXI participan con ilusión en los actos programados en honor al Santo.