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Cuenta atrás del "Cen con C" en Pozuelo

martes 15 de mayo de 2012, 08:47h

La responsable del programa de libros solidarios ultima estos días los preparativos del proyecto teatralizado que se celebrará el próximo 1 de junio en el Espacio Cultural Mira. Este mes han concluido las visitas de las fundaciones a los colegios participantes.

En el CEIP Divino Maestro los alumnos de 1º, 2º, 3º y 4º de Primaria recibieron la visita de los representantes de la Fundación Aladina. En dos sesiones, la primera con los más pequeños y después con los más mayores. Este es el único colegio que ha creado su segundo libro solidario.

El pasado año pudimos conocer de cerca, gracias al trabajo de los alumnos de 5º de Primara del CEIP Pinar Prados que escribieron entre todos el libro solidario El pinar de los cuentos; la gran labor que realiza la Fundación Aladina en su día a día. En esta ocasión Ishtar recordó a los niños la enorme suerte que tienen de poder estar sanos ilustrando con ejemplos claros lo que supone “Un día cualquiera” en la vida de un niño enfermo de cáncer. Y todos recibieron una “pulsera de los deseos” que inmediatamente se anudaron en su muñeca tras formular su particular deseo.

Los alumnos del CEIP Divino Maestro también se quedaron con unas láminas preciosas con la lámpara de Aladina dibujada para que, por equipos y entre todos, las llenaran de dibujos y palabras con el fin de hacérselas llegar a los niños que están esperando curarse en los hospitales. Y con un regalo audiovisual: la película "Maktub" para que los mayores, en días de lluvia, cuando no se puede salir al recreo, tengan la oportunidad de verla y conocer un poquito la realidad de otros niños menos afortunados en cuanto a salud se refiere.

Bailando con Agua de Coco

Una docena de alumnos del CEIP Los Ángeles, autores de La isla de los Cuentos, han bailado estos días al ritmo de la Fundación Agua de Coco al final de un viaje a Madagascar.

Alfonso y Laura, voluntarios de la Fundación, recordaron a los niños cómo es la flora y la fauna del lugar, cómo son los coles allí y cómo viven allí los niños. Les contaron cómo al construir su primera escuela agruparon a 150 niños y niñas desde los 7 años hasta los 14 para un solo profesor. Y los juntaron a todos “en la misma clase” porque a pesar de sus diferentes edades “todos sabían lo mismo o desconocían las mismas cosas”. También cómo hasta que no pusieron los comedores escolares, eran las propias familias las que no perimitían que sus hijos fueran a la escuela porque “tenían que trabajar llenando un cubo de sal de unos 50 kilos al día durante 8, 10 e incluso 12 horas a cambio de 50 céntimos. Con los comedores escolares, la familia no tenía que alimentar a ese niño que “no trabajaba” y consiguieron que algunos pudieran acceder a una educación, precaria, pero educación al fin y al cabo.

Agua de Coco trata de conservar lo que las familias de Magadascar tienen procurando ofrecer a sus hijos la llave de la Educación  para que puedan gozar de un futuro mejor, lejos de las salinas. Eso había que celebrarlo bailando. Laura puso a los niños en danza. Simularon remar y volar extendiendo sus brazos y flexionando sus rodillas al ritmo de las niñas de Madagascar que cantan como "Los Ángeles".

La próxima parada de los cuentos solidarios es teatralizada y en el Mira Espacio Cultural. El broche de oro a un curso repleto de emociones.

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