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“Desafío 48 horas”: El peligroso reto de los jóvenes

martes 08 de febrero de 2022, 10:49h
“Desafío 48 horas”: El peligroso reto de los jóvenes
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El objetivo del ‘48 hours challenge’ (desafío de las 48 horas) es desaparecer de casa sin previo aviso y no tener contacto con amigos o familiares durante dos días para generar preocupación en las familias, que denuncien y salgan en los medios. Hablamos con expertos en psicología y redes sociales para que nos expliquen cómo afrontar esta tendencia.

Desaparecer 48 horas evitando el contacto de amigos y familia durante dos días enteros con el objetivo de aparecer en las listas de personas desaparecidas en redes sociales. Este es el reto, más conocido como 'Desafío de las 48hrs' o el '48 hours challenge', que se puso en práctica en 2017 en países latinoamericanos como México. Ahora parece estar llegando a España.

"Cada año, en España, se rumorea que este reto se mueve, pero nosotros no tenemos constancia", afirmaba Joaquin Amills, presidente de la Asociación SOSDesaparecidos, hace unos días en Telemadrid. "Nos preocupa la edad, hemos pasado de 16-17 años de media entre los desaparecidos a menores de 13-14 años. Aunque sean fugas, el peligro es que puede haber una persona mayor de edad que les está aleccionando y dando cobijo".

Cuando le preguntamos por la relevancia de las redes sociales, Amills considera que no cree que sea por el reto. Laura Zazo, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, doctora en Periodismo y experta en nuevas narrativas y redes sociales, considera que “todavía es pronto para poder confirmar que esté siendo viral aunque eso no le resta gravedad a cada uno de los casos”.

Pero, ¿el uso o abuso de las redes sociales puede ser motivo de estas acciones? Desde SOSDesaparecidos consideran que no cree que sea por el reto en sí, sino por varios factores, apuntando a la insumisión entre ellos: "Cuando el menor actúa por rebeldía, saben que no les va a pasar nada. Actualmente un 65% de denuncias de desapariciones son de menores", apunta Amills. Mercedes Bermejo, directora y fundadora de Psicólogos Pozuelo, por su parte considera que el motivo o la causa es mucho más compleja y tiene que ver con varios factores. “En primer lugar, está relacionado con factores evolutivos. La adolescencia y los años de juventud son un proceso de diferenciación, separación y emancipación, desde el punto de vista emocional, con las figuras de referencia, que normalmente son los padres. En muchas ocasiones, para lograr esta diferenciación, hay unos procesos de rebeldía que se suelen dar en diferentes formas de transgredir y saltarse las normas. Esto forma parte de esta transgresión pero llevado a un extremo dónde se expone una situación de riesgo y de peligro, sin tener esa conexión emocional con estos referentes o cuidadores primarios”.

Zazo, como experta en redes sociales, comenta que no tiene que ser motivado por un mal uso de las RRSS: “No se puede generalizar, las redes sociales ofrecen muchas posibilidades y en sí mismas no son ni malas ni buenas, aunque, es cierto que, en muchas ocasiones, asistimos a un uso imprudente en el que parece que los adolescentes no son conscientes de los efectos que pueden tener sus actos en el mundo digital ni de los peligros a los que se exponen”, puntualiza.

En la adolescencia sus referentes ya no son los cuidadores primarios sino son sus iguales, por lo tanto, “en esa búsqueda de identidad y de autoestima debemos tener en cuenta que son nativos digitales, no como los adultos, que todavía estamos mucho más conectados a la realidad, mientras estos colectivos viven más en lo virtual”, explica Bermejo. “Como noosotros observamos que nuestros pacientes tienen más vida en lo virtual que en lo real, -continúa la psicóloga- y esa es su realidad. Por la cantidad de horas que consumen redes sociales, tecnología, pantallas y buscan esa aprobación, ese identidad o reconocimiento a través de las redes sociales y en este caso a través de los likes. Si aparece un nuevo reto lo que buscan es un reconocimiento y validacion de las redes sociales sin medir las consecuencias y peligros que esto conlleva”.

Y los padres, ¿cómo pueden actuar ante esta realidad digital?

“Debemos educarles para que hagan un uso responsable de estas plataformas. Es como la conducción, a nadie se le ocurriría dar un coche a una persona que no tiene carné ni conoce las normas de conducción. Es esencial que haya una educación en redes”, asegura Laura Zazo. Por otra parte, la psicóloga Mercedes considera que no se trata controlar el uso que hacen los adolescentes de las nuevas tecnologías sino “más bien acompañar, supervisar o cuidar y proteger. En esta etapa sabemos que hay un gran desajuste emocional y mucho sentimiento de incomprensión, mucha intensidad emocional, muchos cambios hormonales, fisiológicos y psicológicos y hace que sea complicado para ellos. Esto provoca que la figura del cuidador primario se convierta en primordial. También es importante fomentar una comunicación emocional, compartir espacios de disfrute, generar esta supervisión de qué hacen en redes y poder generar un vínculo de confianza”.

Por eso es fundamental crear un vínculo entre padres e hijos, pero no solo en la adolescencia, sino también a lo largo de toda la vida. “Es trascendental que exista un apego desde la infancia, la relación al final es como una planta que hay que ir regándola. La adolescencia es una etapa compleja, hay que saber manejar ciertas situaciones para no tensar las relaciones. Para ello, es fundamental establecer una comunicación fluida y ofrecer una disponibilidad afectiva, que no todo esté en lo normativo. A través de los momentos de ocio, disfrute o de afinidades conjuntas creamos los vínculos en estas etapas para que no se rompan y exista la confianza mutua”, aconseja la psicóloga.

Desde el afecto, cariño y la empatía es mucho más complejo que se den este tipo de lesiones de gravedad, estas situaciones o conductas de riesgo. “Hay que tratar de buscar momentos compartidos a lo largo del día. La tecnología también juega un papel importante. No se trata de limitarlo, sino de que los adultos podamos entender los mecanismos e introducirnos en su mundo. Hay que empatizar con ellos. Somos nosotros los que tenemos que agacharnos, ponernos a su nivel y entrar en su mundo para conocerlo. De esta forma estaremos creando un vínculo y podrán confiar en nosotros, pero para ello tiene que haber un interés por nuestra parte en lo que representa su mundo y que puedan confiar en nosotros cuando lo puedan necesitar. Siguiendo estos pasos, generamos un importante vínculo de confianza y nos convertimos en sus referentes y logramos prevenir las conductas de riesgo haciéndoles ver los efectos o consecuencias que puedan tener”, añade Bermejo.

Laura Zazo, por su parte, comparte la misma opinión: “Creo que el mejor consejo que pueden darnos como padres es la necesidad de educar a nuestros hijos en materia digital y solo podremos educarles si nosotros también estamos formados. Conocer el universo de las redes sociales y de Internet y educarles desde pequeños en su uso es fundamental. Asimismo, el acompañamiento en esta etapa es clave para tener un clima de confianza con nuestros hijos que les permita acudir a nosotros cuando lo necesiten”.

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