Teresa Rioyo, alumna de 4º de la ESO del Highlands School El Encinar (Madrid), ha sido reconocida por el John Locke Institute por su ensayo científico sobre el reemplazo de los humanos por máquinas y su impacto en el mercado de trabajo. La joven estudiante ha sido seleccionada entre más de 35.000 participantes de todo el mundo, formando parte del 16,9% de trabajos aprobados para la gala final que se celebró el pasado 21 de septiembre en Londres.
El ensayo WILL MACHINES REPLACE HUMANS? When will advancing technology make most of us unemployable? What should we do about this?' ha sido revisado por académicos de prestigio de las universidades de Oxford y Cambridge, recibiendo el Diploma de High Commendation por su calidad y profundidad críticas.
Para María Teresa de Torre, coordinadora de las etapas de Secundaria y Bachillerato, de Highlands School El Encinar, “el ensayo científico premiado refleja el espíritu crítico de nuestros alumnos. Es una muestra de la importancia de formar a los jóvenes en áreas como la investigación y la autorreflexión, que permite desarrollar un punto de vista propio y una capacidad de análisis dignas de ser premiadas”.
Noemí Gómez, subdirectora de familias, ha destacado que “para Highlands School El Encinar es un motivo de orgullo que una alumna como Teresa haya sido reconocida con esta distinción, muy merecida gracias a su gran trabajo”.
A lo largo de su obra, Rioyo destaca que “la tecnología avanzada nunca sustituirá a los seres humanos” porque “siempre habrá trabajos que las máquinas no puedan realizar”. La joven
estudiante defiende que “habrá un equilibrio entre las tasas de empleo y las de desempleo” porque si bien las máquinas eliminarán algunos puestos, la fabricación de estas provocará la creación de otros.
Además, pone el foco en los empleos que nunca podrán realizar las máquinas ya que influyen aspectos como la ética o los sentimientos, así como la propia movilidad de las personas que hasta ahora no han logrado los robots. Entre ellos están trabajos como el de los jueces, los psicólogos o incluso vinculados con el arte como los bailarines. Todos ellos basados en la interacción y la inteligencia humanas “que no pueden ser sustituidas por máquinas”.
Según los datos presentados por la alumna, cerca del 34% de las tareas relacionadas con la empresa las realizan las máquinas y el 66% los humanos. Sin embargo, muchos de los puestos de trabajo que desarrollaban los humanos se están cubriendo con robots. De hecho, un análisis de la Universidad de Boston citado por Rioyo subraya que cada robot industrial reduce el empleo neto en seis trabajadores.
Teresa Rioyo apuesta por ver las nuevas tecnologías como una oportunidad para que los humanos adopten flujos de trabajo más eficientes y plantea diferentes medidas a tomar cuanto antes por los países. La primera iniciativa a trabajar es potenciar la formación de los jóvenes para que estén capacitados para estos nuevos empleos, fundamentalmente en lo que implica desarrollo de software, transformación digital, análisis de datos o Inteligencia Artificial.
Desde su punto de vista, también sería imprescindible avanzar en la regulación del empleo de máquinas para garantizar un uso ético y responsable. Incluso propone la posibilidad de establecer un impuesto en aquellos puestos de trabajo que ocupen los robots que permita dar respaldo económico a los ciudadanos desempleados por la tecnología.