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Mártires Oblatos: los Beatos de Pozuelo
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Mártires Oblatos: los Beatos de Pozuelo

jueves 05 de enero de 2012, 08:32h

Quienes han dado nombre a la calle de Pozuelo son también beatos. La ceremonia de beatificación de 23 mártires "de la persecución religiosa de 1936" se celebraba en la Catedral de la Almudena y estuvo presidida por el Cardenal Angelo Amato, en representación del Papa Benedicto XVI.

Con una Misa concelebrada por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela; el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Cardenal Antonio Cañizares; el Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini y arzobispos y obispos de diferentes diócesis españolas se ha homenajeado a los religiosos de la comunidad de Misioneros Oblatos de María Inmaculada fusilados en Madrid poco después del estallido de la guerra civil. No han dejado de ser mártires pero a partir de ahora son beatos. Quizás habría que cambiar el nombre a esa calle aledaña a Juan Pablo II y Juan XXIII situada en la Estación.

Los mártires

"Religiosos encanecidos en la más austera observancia de la disciplina regular, modelos de virtud, curtidos en años de ministerio, de estudio; grupo selecto de juventud, de 18 a 25 años, consagrados en cuerpo y alma a la propia formación religiosa, soñando con la perspectiva del sacerdocio y de las misiones; humildes hermanos coadjutores, dechados de piedad; todos ellos perseguidos como vulgares criminales (...) y luego, en un triste amanecer, en el recodo de un camino, o entre una arboleda, acribillado su cuerpo a balazos (...) Esta fue la gran tragedia de este escolasticado de Pozuelo". Este extracto forma parte del Diario de la Comunidad Oblata y fueron escritas por uno de los supervivientes.

Un seglar, Cándido Castán, padre de familia, y 22 religiosos Oblatos que se habían establecido en el barrio del ferrocarril en 1929 y ejercían su ministerio como capellanes en tres comunidades de religiosas al tiempo que colaboraban en las parroquias del entorno perdieron la vida en Aravaca y Paracuellos del Jarama el 24 de julio y el 28 de noviembre de 1936. Eran los sacerdotes Francisco Esteban Lacal (Soria, 1888), Vicente Blanco Guadilla (Palencia, 1882), José Vega Riaño (León, 1904), Juan Antonio Pérez Mayo (León, 1907), Gregorio Escobar García (Estella, 1912), Juan José Caballero Rodríguez (Badajoz, 1912), Justo Gil Pardo (Navarra, 1910), Manuel Gutiérrez Martín (Palencia, 1913), Cecilio Vega Domínguez (León, 1913), Publio Rodríguez Moslares (Valladolid, 1912), Francisco Polvorinos Gómez (León, 1910), Juan Pedro Cotillo Fernández (León, 1914), José Guerra Andrés (León, 1914), Justo González Llorente (León, 1915), Serviliano Riaño Herrero (León, 1916), Pascual Aláez Medina (León, 1917), Daniel Gómez Lucas (Burgos, 1916), Clemente Rodríguez Tejerina (León, 1918), Justo Fernández González (León, 1916), Ángel Francisco Bocos Hernando (Santander, 1883), Eleuterio Prado Villarroel (León, 1915) y Marcelino Sánchez Fernández (León, 1910).

Su ceremonia de beatificación ha coincidido con el 150 aniversario del fundador de la congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), San Eugenio de Mazenod, a la que pertenecen los beatos.

El Seminario Mayor

Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada nacieron en la Provenza francesa en 1816. Su fundador, San Eugenio de Mazenod, fue obispo de Marsella. Fugitivo de la Revolución Francesa y exiliado de su país al regresar a la patria desea llenar el planeta de misioneros. A pesar de las dificultades iniciales la congregación extiende su celo a América, África del Sur y Sry Lanka. Al morir San Eugenio la congregación contaba con más de cuatrocientos miembros. En la actualidad varios miles de Oblatos desarrollan su labor en más de setenta países de los cinco continentes.

Los Oblatos llegan a España en 1882. Y a Pozuelo unas décadas después. En 1930 convierten una gran casa levantada hace más de un siglo, propiedad de una condesa, en Seminario Mayor cerca del entonces internado de San José de Cluny. La poderosa construcción, desde su enclave privilegiado, ha sido testigo excepcional de la transformación de la ciudad. El escolasticado, situado junto a la Casa de Espiritualidad Emaús, se dedica a la formación de los jóvenes Oblatos que se preparan para ser sacerdotes y misioneros.

La casa de los Padres Oblatos situada en la calle de Mártires Oblatos esquina a Juan Pablo II forma parte del pequeño listado de edificios a proteger incluido en el PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA DE POZUELO. Gracias al apartado que la Comunidad de Madrid dedica al edificio en el volumen dos de Arquitectura y Desarrollo Urbano conocemos algunos detalles sobre el singular edificio: "el conjunto edificado reúne varias construcciones rodeadas de altas tapias, destacando fuertemente por su volumen en el entorno inmediato. La topografía queda modificada al disponerse de una gran plataforma que se eleva sobre la calle como un mirador. Esta, contenida por las tapias de cerramiento, sirve de base a los edificios y es accesible mediante una calle adoquinada que sube encerrada entre muros en cuesta desde la esquina más importante. La construcción principal está formada por dos edificios adosados de edad diferente (...) el edificio más antiguo tiene una gran entidad y destaca como paralelepípedo vertical compuesto a la manera de la arquitectura asistencial de ladrillo del siglo XIX".

En las últimas dos décadas la calle Mártires Oblatos se ha transformado en su primer tramo. Donde antes había huerta, jardines, piscina, campo de fútbol y hasta rústica cancha de tenis ahora hay una urbanización de chalés. Los Oblatos vendieron muchos metros cuadrados de su propiedad a una empresa promotora que construyó coquetos pareados con vigilancia y piscina compartida. Donde hasta hace unos décadas los jóvenes seminaristas golpeaban el balón ha nacido otra comunidad... esta vez laica.

Video y Fotos: Misioneros Oblatos de María Inmaculada/Diario de Navarra

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