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La Comunidad de Madrid sustituirá los abonos transportes tradicionales por tarjetas inteligentes más seguras

La Comunidad de Madrid, a través del Consorcio Regional de Transportes, inició ayer la segunda fase de las pruebas para la implantación definitiva de la tarjeta inteligente de transportes.

Esta va a sustituir a los abonos convencionales y va a suponer un importante ahorro económico para los usuarios ya que podrán elegir cuándo comenzar a utilizar el abono de 30 días en función de sus necesidades, independientemente del día que lo adquieran.

El consejero de Transportes e Infraestructuras, Antonio Beteta, explicó ayer las características de esta nueva fase que se inicia tras el éxito de las pruebas iniciadas en 2010 y en la que participaron 1.000 usuarios, que han destacado la comodidad, rapidez y facilidad del uso de esta innovadora tarjeta, cuya implantación es previsible que se inicie durante la primavera de 2012 con la puesta en servicio del Abono Joven de la Zona A.

En esta segunda fase, que durará hasta final de año, van a participar 800 usuarios que dispondrán de 550 máquinas de recarga que ya están instaladas por toda la red de Metro. También se probarán aspectos técnicos de transmisión de datos y de la red de distribución. Además, se ha habilitado un nuevo puesto de expedición de tarjetas en Avenida de América.

Estos nuevos dispositivos son mucho más seguros, pues recogen toda la información del usuario en un servidor centralizado, lo que permite que si un usuario denuncia su desaparición, por ejemplo por pérdida o robo, el título pueda ser automáticamente anulado y el usuario pueda solicitar y recibir una nueva tarjeta.

Beteta destacó que a partir de la puesta en marcha definitiva de este moderno sistema, la validez de los abonos se medirá por días naturales y no por meses completos. “Es decir, que un usuario puede adquirir y activar la tarjeta cualquier día del mes, y no necesariamente el día 1. De esta manera estaremos facilitando que haya meses en los que el usuario deje de comprar su abono, por ejemplo los estudiantes en los meses de verano. El objetivo de este proyecto es eliminar la banda magnética y sustituirla por un chip que recogerá toda la información”, explicó el consejero.

Con estos dispositivos inteligentes, el acceso a la red es mucho más rápido y cómodo, porque no es necesario introducir el billete en la canceladora, y con este formato se evita el incomodo “borrado” de los datos que se produce cuando el abono entra en contacto con un campo magnético de cierta intensidad y que obliga a los usuarios solicitar el cambio de billete en un punto de atención al cliente.

Las nuevas tarjetas también serán más ecológicas pues la emisión de estos nuevos dispositivos se notará en la menor generación de residuos, uso de papel y empleo de maquinaria de los tornos de acceso. Un ahorro total de 158.500 kg de material de fabricación de papel, emulsión magnética, tintas y PVC de los estuches de abonos y resguardos de metrobús.

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