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Del pobre de mí en la Estación de Pozuelo

miércoles 18 de julio de 2012, 08:44h

Con un original castillo de fuegos artificiales acabaron las Fiestas del Carmen. Los festejos han cambiado tanto que muchos acabaron recordando viejos tiempos. Hace dos décadas la pradera y aledaños concentraban a miles de vecinos. Hoy a centenares y mañana...

Una marea de gente en torno a atracciones, casetas y actuaciones recorría cada año a mediados del mes de julio un recinto ferial repleto de luces y sonidos que comenzaba en el actual parque de las Minas y finalizaba junto al túnel sobre el que sigue pasando el tren. A formar la marea acudían, además de vecinos de Pozuelo de todas las edades, clase y condición, familiares y amigos venidos de todos los rincones del noroeste madrileño y hasta de otros puntos de España. Porque las Fiestas de la Estación transformaban Pozuelo durante siete días. Y el fin de semana aparcar el coche a menos de 500 metros de las fiestas era prácticamente imposible.

En los ochenta y los noventa en el recinto ferial de la Estación había puentes en lugar de paseos y todo estaba repleto de atracciones. Desde los clásicos "tren de la bruja", "saltamontes" y "coches de choque" a las tómbolas repletas de muñecas "chochona" y carreras de camellos pasando por "deportes festivos" como la pesca de patitos de goma, el tiro al palillo o el golpe de martillo.

Además de las atracciones estaban las casetas de comida con sus pollos girando sin parar, los puestecillos de manzanas cubiertas de caramelo y almendras garrapiñadas y los chiringuitos de los partidos políticos y bares de la época. Banderitas y farolillos decoraban un ferial en el que unas veces se oían Sevillanas grabadas y otras a Ketama o Tenesse en directo y sin pagar entrada. En ese lugar no había huecos en la pradera la noche de los fuegos artificiales. Y a todos nos parecía que el cielo de Pozuelo reventaba de alegría con cada cohete.

Hoy el cielo se ilumina pero menos. Mucho ruido y pocas nueces comentaban algunos en las mesas de los dos chiringuitos de comida que ahora se instalan en el pequeño recinto ferial de la Estación. Cerca de los hinchables y los toldos para que los pequeños hagan manualidades, jueguen al mini golf o a la videoconsola. Lo mismo que cuando Pozuelo se Mueve -en los parques o en Navidad- con la excepción del sombrero de paja de Zielo Shopping.

Cuentan los mayores que antes salían en el pasacalles y se pasaban meses preparando los disfraces. Que en la Procesión había mucho "gentío". Que ahora ya no es lo mismo pero que seguirán bajando cada año a acompañar a la Virgen del Carmen. Porque es la patrona de su barrio. Y el sentimiento de barrio es de lo poco que perdura con el paso del tiempo.

 

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