El objetivo del Servicio es proporcionar a todos los pacientes una atención integral y personalizada. Un equipo compuesto por enfermeras educadoras y médicos especialistas se dedica a acompañar al paciente desde el momento en que se realiza el diagnóstico y durante todas las fases de su enfermedad. Esto incluye la transición de la niñez a la adultez, el embarazo, la aparición de otras patologías que puedan agravar la condición, el desarrollo de complicaciones y el seguimiento en las etapas finales de la vida. Por lo tanto, el desafío no radica únicamente en diagnosticar y tratar, sino también en ofrecer apoyo al paciente, humanizando así todo su proceso asistencial.

Otro de los aspectos esenciales en la labor cotidiana del Servicio de Endocrinología y Nutrición, al que dedican considerable tiempo y esfuerzo, es la prevención de complicaciones crónicas tanto micro como macrovasculares en estos pacientes.

Un equipo multidisciplinario de profesionales es esencial para llevar a cabo una atención integral y de alta calidad en el manejo de estas personas. Para asegurar la excelencia en este servicio, se cuenta no solo con médicos especialistas en endocrinología y nutrición, así como enfermeras educadoras en diabetes, sino también con la colaboración de médicos de atención primaria del área y especialistas hospitalarios en diversas disciplinas, incluyendo endocrinología pediátrica, obstetricia y ginecología, nefrología, oftalmología, cardiología y neurología, entre otros.

Una característica relevante del Servicio es su capacidad para proporcionar asistencia clínica a los pacientes, tanto en consultas externas como en la planta de hospitalización. Además, cuenta con un desarrollo significativo en las áreas de docencia y formación para sus profesionales, así como en investigación, donde se mantienen varias líneas activas enfocadas en la diabetes.

Formar y capacitar a las personas con diabetes es el objetivo de la educación terapéutica.

La gestión de la diabetes ha sido considerablemente simplificada por la tecnología en años recientes, gracias a la introducción de sensores de glucemia y sistemas de infusión continua de insulina, conocidos como bombas de insulina. En la actualidad, cerca de 1.500 pacientes del hospital hacen uso de estos dispositivos: 1.078 personas con diabetes tipo 1 cuentan con sensores de glucemia, mientras que 368 utilizan bombas de insulina. La mayoría de los pacientes con diabetes tipo 1 ya emplean estos dispositivos, y su adopción se está expandiendo gradualmente entre aquellos que padecen diabetes tipo 2.

Una notable mejora en el control metabólico se ha logrado gracias al uso de esta tecnología, lo que ha llevado a una disminución en la frecuencia de hipoglucemias y a un aumento en la calidad de vida de los pacientes. Estos, a su vez, están experimentando menos complicaciones, tanto agudas como crónicas.

Es fundamental que cualquier avance en diabetes, incluyendo estas mejoras tecnológicas, venga acompañado de formación y educación terapéutica. Solo así la persona con diabetes podrá disponer de todas las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su condición en cada instante.

El Hospital Puerta de Hierro, a través de su Servicio de Endocrinología y Nutrición, capacita a los pacientes en habilidades fundamentales como la administración de insulina, la medición de glucemia en sangre capilar y la prevención y tratamiento de descompensaciones agudas, tanto hipo como hiperglucemias. Además, se les instruye en tareas más avanzadas que incluyen el conteo de carbohidratos, el cálculo adecuado de la dosis de insulina según la ingesta, los niveles de glucemia, la actividad física y la consideración de otras enfermedades que puedan presentarse simultáneamente. Recientemente, también se ha incorporado la formación sobre el uso de nuevos dispositivos tecnológicos.