Este Día de la Madre, no solo es una ocasión para celebrar y agradecer, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el bienestar físico, emocional y mental de las mujeres que cuidan, lideran y transforman cada día. En este contexto, el deporte y, en particular, el entrenamiento de fuerza, se ha consolidado como una herramienta clave para la salud integral femenina.
Cada vez más mujeres se apropian del ejercicio no solo como una forma de estar en forma, sino como un medio de empoderamiento. Sin embargo, la falta de conciliación entre la vida personal, profesional y familiar a menudo dificulta que muchas mujeres puedan disponer del tiempo y la disponibilidad necesarios para centrarse en su bienestar. La sobrecarga de responsabilidades y la presión por cumplir con múltiples roles puede hacer que el autocuidado, incluida la práctica deportiva, se vea relegado a un segundo plano.
Actualmente, los datos muestran una evolución muy positiva en la práctica deportiva entre las mujeres. El Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que en 2012 solo el 15% de las mujeres realizaban ejercicio de manera regular, una cifra notablemente inferior a la de los hombres. Diez años después, en 2022, ese porcentaje ascendió al 35%, lo que refleja un cambio importante en los hábitos y en la percepción del deporte femenino. Además, según la Encuesta de Hábitos Deportivos, publicada en 2022, aseguran que un 51,8% de las españolas afirma practicar algún tipo de actividad física, marcando la primera vez que más de la mitad de la población femenina en España realiza deporte de forma habitual.
El deporte que transforma a las mujeres
Esta creciente participación femenina en el deporte impulsa disciplinas que se ajustan mejor a las necesidades, intereses y rutinas diarias. En este contexto, los entrenamientos funcionales, breves e intensos, han ganado popularidad por su eficacia y practicidad. Uno de los ejemplos más destacados es el fitboxing.
El fitboxing ha revolucionado la forma en que muchas mujeres integran el deporte en su vida diaria, gracias a su formato de rutina corta e intensa que se adapta fácilmente a agendas apretadas. Con sesiones dinámicas de 47 minutos que combinan golpes al saco al ritmo de la música, se trabaja todo el cuerpo, se activa el metabolismo y se entrena en un entorno motivador y libre de juicios. No es casualidad que cerca del 70% de sus 65.000 practicantes en Brooklyn Fitboxing sean mujeres.
En palabras de Ana López, entrenadora de Brooklyn Fitboxing, “el entrenamiento de fuerza para mujeres es mucho más que sólo levantar pesas. Se trata de construir una base sólida que les permita enfrentar la vida diaria con mayor energía y seguridad. Es un proceso transformador, tanto física como mentalmente.”
Además, iniciativas como el Proyecto Malasmadres han sido fundamentales para visibilizar el derecho de las mujeres, especialmente las madres, a cuidarse, a tener tiempo para sí mismas y a liberarse de la culpa asociada al autocuidado. Este proyecto promueve la importancia del bienestar personal, a través del deporte.
Por ello, es importante entender que la combinación de ejercicio intenso con un entorno inclusivo y de apoyo, abre nuevas oportunidades para que más mujeres se beneficien de los efectos positivos de la actividad física.