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Lo que Pozuelo se perdió

viernes 13 de julio de 2012, 07:37h

En octubre de 1992 un grupo de trabajadores de la siderurgia hicieron parada y fonda en Pozuelo. El entonces Alcalde, Jose Martín Crespo, les acogió en su pueblo tras más de 500 kilómetros de Marcha del Hierro. La historia no se ha repetido con los mineros.

A los trabajadores de la Marcha del Carbón no se les esperaba porque no había instalaciones disponibles. Ni paella ni pintxitos en la Plaza de las Américas, como hace dos décadas, para que repusieran fuerzas tras cientos de kilómetros a las espaldas. Pero gracias al Colectivo Juvenil 1984 y a la Asociación ACROLA estuvieron aquí al lado compartiendo unas horas con artistas y vecinos de Rosa Luxemburgo. Y una velada especial que los organizadores tardarán en olvidar. Porque a pesar de las diferencias sobre todo en sectores productivos descubrieron que es mucho más lo que les une que lo que les separa.

Todo comenzó cuando el Equipo de Gobierno del Partido Popular de Pozuelo rechazó el ruego de la portavoz de Izquierda Unida-Los Verdes, María Teresa Pina, solicitando alojamiento para los mineros que caminaban hacia Madrid para defender sus puestos de trabajo. Fue entonces cuando representantes del Colectivo Juvenil 1984 y la asociación cultural y deportiva Rosa Luxemburgo (ACROLA) se movilizaron para que la Marcha del Carbón parase en el barrio justo antes de llegar a Madrid. Y lo consiguieron en el colegio público Rosa Luxemburgo con la ayuda del AMPA del CEIP. Y los vecinos se volcaron para recibir con los brazos abiertos a quienes ven su futuro más negro que el mineral de la mina en la que trabajan. Unos doscientos hombres de todas las edades que temen más por su futuro y el de sus familias que por la fatiga y las ampollas.

Voces solidarias

Al llegar a la estación de El Barrial los mineros se encontraron con decenas de vecinos de Pozuelo y Aravaca. Caminaron hasta Rosa Luxemburgo donde comieron paella, cenaron y escucharon las palabras de apoyo de un grupo de artistas e intelectuales entre los que se encontraban Jaime Pastor, Pilar Bardem, Luis Eduardo Aute, Inma Chacón y Víctor Manuel. Y representantes del Colectivo Juvenil 1984 como Ignacio Martín que ha narrado a enpozuelo.es las emociones vividas y el espacio común compartido a pesar de las distancias que durante unas horas se acortaron. "Después de jornadas infernales merecían una bienvenida y un apoyo explícito. No trabajamos a 600 metros de profundidad pero nos unimos a su lucha porque no queremos que renuncien a todo lo que han construido".

Salvando todas las diferencias los portavoces del Colectivo Juvenil 1984 y ACROLA dicen compartir la axfisia de los recortes en cuestiones como la educación o la falta de ayuda a los jóvenes que está condenando a muchos a marcharse lejos de sus casas. Por eso entienden el malestar de los mineros y sus miedos. Por eso, junto a cientos de vecinos, les abrieron de par en par las puertas de su barrio. Y de su corazón. En Pozuelo no pudo ser.

 


FOTOS: Maite Pina y La Voz de Pozuelo

 

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