Para promocionar estos hábitos saludables entre las mujeres, lleva además tres años organizando los cursos I love my body, donde más de 2.000 jóvenes participan en estas charlas que imparte la Comunidad y la revista Cosmopolitan para prevenir trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. En este sentido, la Consejería de Asuntos Sociales también promueve otras iniciativas, como la Carrera de la Mujer, la prueba atlética femenina más importante de Europa y que en su X Edición, celebrada el pasado mayo, participaron más de 22.000 personas.
En colaboración con la Consejería de Sanidad se realizan campañas que instruyen a la mujer sobre trastornos alimentarios o consejos específicos durante el embarazo y cómo evitar trastornos depresivos en las primeras semanas tras el parto. Otras actividades como la master class de zumba que se realiza en el mes de marzo, o el programa Enforma, dirigido sobre todo a mujeres y a los mayores, impulsan las prácticas saludables en las mujeres.
Se reduce la brecha en la esperanza de vida
La diferencia entre la esperanza de vida entre las madrileñas y los madrileños se ha ido reduciendo en los últimos años. Aunque las mujeres madrileñas viven de media 5,6 años más que los hombres (86,3 años frente a 80,7 años), la ventaja era de 7,9 años a favor de la mujer en 1991.
El motivo es que las mujeres de la región han adoptado con el paso del tiempo hábitos de vida que, hasta hace algunos años, se consideraban ‘exclusivos’ de los hombres, como el consumo de tabaco, una mayor actividad laboral o altos niveles de estrés. Así, las principales enfermedades de las madrileñas son, por este orden, las relacionadas con el sistema circulatorio (30,6%), los tumores (24,2%) y las del sistema respiratorio (13,3%).
Los problemas de sueño afectan más a las mujeres que a los hombres. En concreto, casi el 49% de las madrileñas tiene problemas para conciliar el sueño, el 66% se despierta varias veces durante la noche y el 47% se despierta demasiado pronto. Esto quiere decir que las mujeres afectadas por estos trastornos no duermen lo suficiente, lo que afecta sin duda a su bienestar personal.
Menor actividad física entre las madrileñas
Las madrileñas practican menos ejercicio que los hombres. En concreto, la proporción de mujeres que no practica ningún deporte es 18 puntos porcentuales superior a la de hombres, aunque las mujeres caminan más que los hombres como actividad física en sustitución del deporte.
En los hábitos de alimentación, madrileños y madrileñas también muestran comportamientos diferentes. Así, los problemas de obesidad son mayores en los hombres que en las mujeres, mientras que la variable de “peso insuficiente” afecta más a las mujeres que a los hombres. De hecho, estas diferencias evidencian una mayor preocupación de las mujeres por su peso. Aunque también las madrileñas extreman las restricciones alimentarias en mayor medida, cuidan más su alimentación que los hombres, consumiendo más verduras y frutas.
En cuanto al tiempo dedicado al trabajo, es mayor en los hombres que en las mujeres, aunque en los últimos tiempos ellas han ido acortando la distancia. Donde sigue habiendo una gran diferencia es en el hogar y la familia, ámbitos donde los hombres dedican una hora y cuarenta minutos menos que la mujer al ámbito doméstico y familiar. Lo mismo sucede con los permisos de maternidad y paternidad: de los 49.658 en total que se concedieron en la Comunidad de Madrid en 2012, el 98,4% fue disfrutado por la madre frente al 1,6% por parte del padre.
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